Por José Juan Santana Ojeda
Fue uno de tantos niños que bajo los tenues focos de la cancha Eliseo Ojeda, de la mano del maestro Leoncio Castellano, creció como jugador de balonmano para gloria del club de sus amores, el Canteras UD, en los mejores años de nuestro balonmano.
Jugador estilista a imagen de Chicho Calero, buen defensor con una técnica tan depurada que eludía cualquier sanción técnica y disciplinaria por la limpieza de sus acciones. En ataque, como diría el propio Leoncio, con una "visión espacial" que colocaba el ultimo pase al compañero mejor posicionado para ejecutar el tiro a puerta.
Era un jugador de equipo que sólo hacia uso del disparo a puerta en apoyo y con una gran colocación del tiro,cuando tenía segura posibilidad de éxito.
Ese fue nuestro querido Toba, jugador fino, de una deportividad exquisita. Hablando con el hace un par de años en La Cena del Canteras le decía de broma que solo le faltaba pedir perdón al contrario cuando marcaba un gol......
Todos sabíamos y era palpable el largo y tortuoso camino que debió transitar en estos últimos años cuando el cáncer le minaba poco a poco. En estos momentos, recuerdo un día justo cuando esperaba a la salida del colegio a mis hijos como se acercaba en ropa deportiva con andar ligero y cayéndole el sudor desde la visera que le protegía del sol. Nos abrazamos y me puso al día del proceso de la enfermedad, esperando encontrarse bien para la próxima cena y partido de veteranos..... "aunque sea un minuto me gustaría poder jugar". Nos despedimos y vi como calle abajo en un andar al trote se "nos iba marchando".
No pudo jugar ni ese minuto deseado pero si tuvo en sus manos el balón para recordar recientemente a Abilio en el memorable homenaje que le tributamos en la cancha de Obispo Frías y todos recordamos como el público, amigos y familiares, puestos en pie, te aplaudimos como otrora en tantos partidos jugados.
Hoy y mañana nos tendrás junto a ti porque esta otra familia tuya, la de nuestro balonmano, te recordara como aquel jugador que tuvo un partido muy difícil de ganar pero que lo disputaste con fe hasta el pitido final.
¡¡¡Te queremos Tobita!!!