Estadio de Francia, el icono de gradas retráctiles
07/03/2012

Un escenario para atletismo; otro aforo para fútbol o rugby con tribunas extensibles en su perímetro

Al hilo de la propuesta de la UD Las Palmas para la invasión de las pistas de atletismo del Estadio de Gran Canaria con gradas supletorias, surgen todo tipo de comentarios e, incluso, rechazo político (encarnado en el PSOE) a tal iniciativa, con el argumento de la crisis. Pero, sin duda, para el club grancanario y sus aficionados esta iniciativa representa un incentivo de cara al futuro, recuperar parcialmente el ambiente que muchos echan en falta desde el traslado en 2003 desde el Estadio Insular. 1,5 millones es una cantidad ínfima con las cifras que se manejan en la actualidad para encontrar esta solución que el Instituto Insular de Deportes contempla con optimismo, en palabras del consejero Lucas Bravo de Laguna.

No es una solución insólita la que emerge desde Pío XII. De hecho ya se ha puesto en práctica en otros puntos del país. Las últimas gradas supletorias las ha puesto en funcionamiento el Granada CF en Los Cármenes para cerrar las esquinas del estadio y alcanzar las 22.000 plazas en el regreso a la Primera División.

Pero hay estadios dignos de mencionar porque la colonización temporal de las pistas de atletismo fue una solución premeditada en el proyecto de su construcción. Ejemplo: doce años después de su inaguración, el Estadio de Francia (escenario de la final de la Copa del Mundo de 1998) sigue siendo uno de los referentes de polivalencia, comodidad y versatilidad arquitectónica. El recinto-feudo de la selección tricolor tiene esa posibilidad preconcebida del doble uso en función si se extienden o no sus gradas retráctiles. Con ellas se produce una ampliación de diez mil aficionados hasta alcanzar los 81.000 asientos de su aforo total.

Sin gradas retráctiles, el Stade de France puede acoger pruebas atléticas e, incluso, de automovilismo (circuito de carrera de campeones); con las gradas supletorias extendidas los partidos de fútbol y rugby resultan más apasionantes.

La previsión de los gestores galos es una marca diferenciadora.

Comparte el artículo si te ha gustado
También te puede interesar