El joven portero grancanario considera a Barbosa como "el mejor de la Segunda División" en su puesto. Agradece su apoyo y aprendizaje
Raúl Lizoain (20 de enero de 1991) vuela alto pero con los pies en tierra firme. Fue él quien, al valorar este martes en UDRadio la regeneración del filial Las Palmas Atlético, recordó que "yo pertenezco a esa plantilla, mi licencia es del equipo filial al que sigo su trayectoria. Me parece que están haciendo un gran trabajo, al igual que en el Regional, que ya ha aportado jugadores al de Tercera". No pierde sus referencias ni se le suben los humos al nuevo portero del primer equipo, debutante el pasado fin de semana en Huesca, y ese es un buen comienzo. Es el mismo Raúl que antes de salir al escenario profesional: sencillo, risueño y sincero. "Barbosa es para mí el mejor portero de la Segunda División, un gran profesional", admite, "también me gusta mucho Chema, del Xerez. A nivel mundial, sigo pensando que no hay ninguno tan completo como Casillas".
Apenas tenía ocho años cuando arribó a la UD Las Palmas procedente del Almenara. Había conocido la tierra del Barranco de La Ballena y su primer referente al arribar al club amarillo fue el serbio Zeljko Cicovic: "porque llegué después del ascenso de Kresic (1999-2000). Era él el titular, también estaba Nacho González". Ahora es Cicovic quien le adiestra. "Aprendo de todos, de Daniel Carnevali, de Cicovic, de Mariano (Barbosa) o Pin (Pindado). Mi función es trabajar para mejorar".
Estaba preparado para la alternativa, que le llegó como a tantos otros colegas de portería. La tarjeta roja a Barbosa entraba dentro de sus posibilidades. "Lo había soñado, esto podía pasar. Pero el sueño terminaba en parada", afirma. "Habíamos visto en vídeo sobre cómo lanzaba Camacho los penaltis. Juan Manuel me dijo que aguantara (por si eviaba el balón por el centro) y luego que me lanzara a la izquierda. Lo ejecutó muy bien". El jugador del Huesca no le dio opciones.
No había transcurrido un minuto en el campo cuando de manera inevitable abrió su cuenta estadística. Luego vino el 2-0, obra de Roberto. "Los porteros estamos mentalizados para acertar y fallar. Cuando esto último ocurre tenemos que estar mentalizados también para asimilarlo. Eso hemos hecho durante tanto tiempo para que llegue este momento".
Comprende que en la casa tiene su propio club de fans. "Mi padre (Gabriel Lizoain) escucha mucha radio, se pone a veces nervioso". Le sigue a todas partes y es la voz autorizada para asesorarle. También escuchó brevemente el consejo de su colega de sufrimiento Mariano Barbosa, cuando éste abandonaba El Alcoraz. "Me dijo que tenía cero responsabilidad. Que disfrutara del momento pues era algo por lo que tanto había trabajado".
La semana se hace un poco más larga para Raúl, porque el recurso de la UD Las Palmas para anular la tarjeta roja de Barbosa será evaluado el miércoles por el Comité de Competición. "No tengo incertidumbre, tanto si he de jugar como si no. Me preparo para las dos posibilidades"