MARTÍN I: "El tiqui-taca se conocía en Canarias; lo practicaban los diabilllos"
15/05/2011

Se siente un privilegiado por haber sido componente de la mejor generación de jugadores canarios, la que acaba de celebrar el 49º aniversario del título nacional juvenil: "No ha habido en nuestro deporte un evento que superara aquella gesta que tuvo signos patrióticos", afirma

Manolo Martín González (Las Palmas de Gran Canaria, 24 de septiembre de 1944) tiene una agilidad mental prodigiosa. Viaja desde infancia hasta su jubilación con soltura, recordando nombres, datos, hechos, fechas, ... como si los viviera aún. La suya ha sido una trayectoria dura, de superación, y desde la perspectiva actual reconoce que se siente un privilegiado por haber pertenecido a aquella generación de futbolistas que coronaron el campeonato de España juvenil de 1962 y se hicieron un hueco en los corazones de los aficionados grancanarios. El pasado 1 de abril se conmemoró el 49 aniversario de aquella gesta, con Molowny en el banquillo, y Martín suspira a la hora de evaluar su momento de gloria: "Para todos nosotros aquel logro resultó una experiencia indescriptible", comenta. "No sólo para los jugadores sino para toda la sociedad grancanaria, aficionado o no al fútbol, porque no ha habido ningún otro evento deportivo en Gran Canaria que elevara aquel sentimiento que yo diría que tuvo signos patrióticos. Vimos llorar a una población por lo que habíamos conseguido. Aún hoy se me pone los pelos de punta al pensar en ello". Y matiza Martín I que aquel triunfo se produjo porque "se combinó la calidad futbolística, el trabajo, la dirección técnica, el compañerismo, la afición y yo también subrayo el liderazgo de un excepcional jugador como lo fue Germán". Su nobleza le impide dejar de reconocer que "nuestro club ha tenido jugadores excepcionales a lo largo de su historia, antes y después de nuestra generación" ... la que alcanzó los mejores puestos de su historia en la Liga.

"UN PEÓN HONESTO"
Martín rescata su protagonismo en aquel elenco de notables futbolistas: "Yo fui un peón honesto. Comprendí que para alcanzar mis objetivos en el fútbol tenía que encontrarlo detrás de un duro trabajo, por fortuna rodeado de un grupo de futbolistas con unas condiciones técnicas sobresalientes". Así que transcurrida parte de nuestra entrevista retrocede sobre sus pasos para recordar que "ahora todo el mundo elogia el juego del Barcelona, que tanto gusta; pero eso no es nuevo. El tiqui-taca ya se conocía en Canarias: lo practicaban los diablillos amarillos para llevarlo luego a la Primera División con la UD Las Palmas. Ese fútbol gustaba mucho y lo temía de forma especial gente como Luis Aragonés (entonces cerebro del Atlético de Madrid). El juego de toque siempre ha proporcionado éxitos a los equipos que lo han practicado".

El carácter de hombre irreductible se forjó pronto en Manolo Martín. A los once años comenzó a trabajar como repartidor del pan en el barrio de Schamann, donde la familia había desplazado su hogar desde San José. Y siendo jugador juvenil de la UD Las Palmas trabajaba como ayudante de cocinero y camarero en la Residencia Las Palmeras: "atendía a los extranjeros y a las tripulaciones de aviación que solían pasar noche en la capital. Ganaba 600 pesetas al principio y terminé llevando a casa 3.000. Era mi responsabilidad porque fui huérfano de padre con una familia de siete hermanos. Trabajaba más de diez horas y luego iba a entrenarme con mis compañeros". La intervención de García Panasco le proporcionó los primeros ingresos en el Aficionado de la UD: 1.500 pesetas de salario y 150 como prima por victoria: "Para mí fue un salto importante. Tengo un agradecimiento eterno a Carmelo Campos, con quien hablé de este asunto, y él lo hizo luego con García Panasco".

Martín I se siente orgulloso de haber pertenecido a una familia donde el fútbol fue pasión paternal y en la que también sus hermanos Pepe, Pacuco y Leonardo participaron en distintos equipos a nivel regional y nacional.

DEBUT EN CASA CONTRA EL TENERIFE

Le llegó el día de su debut ante los aficionados grancanarios en un partido que no es de los que se olvidan con facilidad: "Acababa de almorzar un potaje de garbanzos cuando recibí la llamada del club para incorporarme, por la tarde, al Hotel Astoria. Las Palmas jugaba esa noche el cuarto partido de la célebre eliminatoria copera contra el Tenerife. Lo hice en el lateral izquierdo y me tocó marcar a Lorenzo. Tuve una actuación que no olvido porque, además, logramos eliminar al Tenerife en un partido muy reñido. Luego nos esperaba el Athletic, ... tres días después en San Mamés".

Su periplo con el primer equipo conoció también momentos estelares del club en la máxima categoría hasta que en 1969 tomó una decisión crucial en su carrera: "estábamos a mitad de la temporada del subcampeonato cuando Andrés Hernández, secretario de la Unión Deportiva Canarias de Caracas, vino a proponernos el reforzar a aquel club que iba a participar en la Copa Libertadores contra el América de Calí y Magdalena de Santa Marta, equipos colombianos. Acepté junto a Vicente García y José Ángel. Ya había estado en Caracas, con motivo de una gira anterior de la Unión Deportiva, y allí tuve unos problemas físicos que propiciaron mi regreso seis meses después".

El ciclo profesional de Martín en el fútbol culminó con 27 años de edad, aunque tuvo pasos efímeros posteriores en el Sporting de San José y en el Unión Moral, de Gáldar. "Me retiré joven, consciente de mis cualidades y orgulloso de haber disfrutado de uno de los mejores momentos del fútbol canario. Por eso considero que la vida me ha hecho sentir un privilegiado".

RECUERDOS

"FUI LATERAL PORQUE CASTELLANO SE HIZO EL LESIONADO" "Yo actuaba en el centro del campo, incluso alguna vez lo hice en la UD junto a Guedes, pero mi conversión en lateral se produjo en el equipo aficionado. Paco Castellano no quería jugar atrás y se hizo el lesionado, porque él quería ser delantero centro a la antigua usanza: fuerte, peleón y que iba bien de cabeza. Siempre le gustaba marcar goles. Y entonces Manolo Farías me designó a mí para ese puesto. Fui un jugador polivalente, no obstante".

"EL GOL MÁS EMOCIONANTE LO MARCÓ GERMÁN EN SAN MAMÉS" "Fue en la Copa, después de eliminar al Tenerife. Perdíamos 2-0 al descanso ante el Athletic, en San Mamés, y en la segunda parte salimos a jugar con tranquilidad, porque el equipo parecía que estaba muerto. Ya había realizado un gran esfuerzo con cuatro partidos ante el Tenerife en un periodo corto, mientras el Athletic esperaba sin competir. Hicimos el 2-1 y casi al final Germán se marchó en solitario y acabó la jugada con un lanzamiento suave, lejos del alcance de Iríbar. Todo el público vasco premió el gran gol con una ovación formidable. Como jugador visitante aquel gesto de la grada me hizo sentir muy feliz y tengo una satisfacción personal de haber vivido un momento tan emotivo".

"SE MARCABA AL HOMBRE Y HABÍA UNA GRAN RESPONSABILIDAD" "En la época de Dauder se marcaba al hombre. Si el delantero centro se iba al extremo, Tonono tenía que seguirle; y si el extremo se iba al centro, tenía que estar atento el lateral. A pesar de la calidad de nuestros jugadores, no era fácil acoplarse a aquel sistema de juego porque teníamos que estar muy concentrados para no cometer errores. La responsabilidad era muy grande".

"LA PALOMA MENSAJERA ES MI OTRA PASIÓN DEPORTIVA" "Tengo más de ciento cincuenta palomas mensajeras en la azotea de esta casa, que está construida pensando en esta pasión. He ganado premios nacionales y regionales. Compartía conversaciones sobre colombofilia con Germán en los viajes. Esta actividad la adquirí de niño, en el barrio de San José. Le dedico algunas horas por las mañanas".

"MI PRIMER ENTRENADOR FUE EL PADRE DE CARMELÍN" "Antonio Álvarez, padre de Carmelín, fue mi primer entrenador en el equipo del Sagrado Corazón. Mi captación por la Unión Deportiva se produjo a través de Antonio Velázquez, ayudante de Molowny, que era el que ojeaba en los campos de fútbol regional".

 

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