EL OTRO PARTIDO
No es cómo ataca; es cómo defiende. Tras los dos primeros encuentros oficiales de la temporada, la idea de Luis Carrión podría estar situada en el mismo lugar del inicio de la era García Pimienta. Cuatro goles encajados en dos partidos, con fracciones de tiempo de innegable debilidad defensiva, es un dato relevante que ha de tenerse en cuenta en el factor de corrección en el amanecer de la nueva Liga.
Al entrenador anterior -que por cierto presenta idénticos problemas, puntos y carga de goles en el Sevilla- le tocó reflexionar entonces sobre su propuesta con los amarillos para decir aquello: “Tenemos que darle una vuelta a la manera de defender”.
En el primer encuentro, Las Palmas tuvo una vía de agua por el flanco izquierdo del ataque sevillista. Por ahí llegaron los goles. Y en Leganés, en una inesperada segunda mitad, el bloque amarillo fue permisivo durante una fase de la tarde a raíz de la comisión de un penalti. Ya la jugada en sí es digna de analizar porque el atacante pepinero llegó hasta el área con licencia para abordarla.
La sensación existente es que el conjunto de Luis Carrión ha generado ocasiones suficientes en 180 minutos como para tener algún punto más en su cosecha. Pero sus dos rivales, con no muchas pero sí certeras transiciones profundas y un disparo impecable de Juan Cruz, han fabricado un daño excesivo. Y eso que Jasper Cillessen ya firma 6 paradas, algunas de notable mérito.
La Liga no ha hecho sino empezar, aunque se acerca hasta la isla este jueves el primer coloso. Y ya es saludable que el entrenador y los propios protagonistas sean conscientes de que hay que apretar y expresarse en el campo con mayor contundencia para contener cuando toca. Todo propósito comienza desde una mentalidad sólida en retaguardia, bien sea a través de un concepto de juego o por la fortaleza defensiva.
A Carrión le toca mover ficha y matizar esa corrección necesaria para que el virus actual sea pasajero y no se instale. Y que se mantenga un ataque saludable, porque la otra mitad del vaso parece ir por buena dirección.