OPINIÓN

¡Amarillos, traguen veneno!
Manuel Borrego
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04/02/2025
La peligrosa entrada de Herrera a Moleiro, con riesgo de lesión del tinerfeño, que no mereció tarjeta alguna (Imagen de Dazn)

Tendríamos que aplicar la célebre frase de Marcelo Bielsa en la arenga a sus jugadores del O.M., aunque el contexto en que lo podríamos aplicar para la UD Las Palmas puede ser similar o peculiar: “¡Amarillos, traguen veneno!”. Acepten la injusticia … Jugando (como el segundo tiempo) van a tener el premio que merecen” (…) “Aunque les resulte imposible, no reclamen nada” (…) “No permitan que el fracaso deteriore la autoestima”.

 

Podríamos aplicar el mensaje en un sentido u otro, incluso en dirección a la grada. En el caso futbolístico, la segunda parte de Montilivi es la que se espera en el resto del campeonato de esta temporada. Jugando así, la permanencia caerá por propio peso, sin duda. En el sentido judicial deportivo, nada se puede aportar porque siguen ocurriendo acontecimientos inexplicables, insostenibles para un gremio arbitral que vive en España sus días más difíciles en décadas. Y no nos referimos solo al escándalo del ‘caso Negreira’. Pero es que la UD Las Palmas se las lleva todas, con un reguero de puntos por el camino. 

 

Las Palmas traga veneno, sin duda. Se refleja en su propio entrenador que esquiva los ‘disparos’ en la sala de prensa sin mencionar una palabra más alta que otra sobre los arbitrajes y decisiones insólitas. En dos semanas ha podido alzar la voz con los casos de Essugo y el penalti a McKenna -un jugador que salta en vertical, se impulsa con los brazos para golpear la cabeza y otro que se arrima sin posibilidades ni intención de disputar el balón- … o las durísimas acciones de roja que no vieron Yangel Herrera o Van de Beeck. El silencio puede ser, incluso, el escudo del menos poderoso.

 

Pero no hay otra. Nada nuevo ha cambiado. Desde antaño nos contaban los ex jugadores amarillos de distintas épocas tantas situaciones de injusticia vividas. Ese mismo Real Madrid que ahora pone el grito en el cielo tiene una leyenda negra con arbitrajes frente a los grancanarios. La remontada del 4-0 al 5-0 en el Bernabéu en la Copa de 1974-75 es un ejemplo de catálogo … "El mayor robo deportivo que jamás he visto en un campo de fútbol", nos afirmaba Juani Castillo, uno de los protagonistas grancanarios aquel día.

 

Pero nada, nada cambia. Y ahora, para colmo, con la herramienta del VAR que se aplica según a quien con un reglamento que se interpreta de tantas maneras que es impredecible. La UD Las Palmas es ‘hijo de un Dios menor’ para el gremio arbitral. Eso no va a cambiar. Pero nos tememos que más está por venir. No queda otra que asimilar las dosis de veneno como vengan para dejar a tres conjuntos al menos por detrás de la clasificación cuando llegue el pitido final de la jornada 38. Y punto pelota.

 

Lo que no tiene en cuenta el VAR ni el árbitro

 

La imagen es clara y la entenderán los que han jugado alguna vez a este deporte. Es el momento previo al penalti que le pitan a McKenna. El defensa escocés mira el balón y se impulsa -lógicamente con los brazos en posición de salto- para dar un brinco en vertical. No pierde de vista el esférico que va hacia su posición. Yangel Herrera, por el contrario, no mira el cuero, salta en diagonal buscando el contacto con el zaguero amarillo. Posiblemente cerró los ojos porque su intención era otra distinta. Al final, revisión de la jugada, reglamento de tapa blanda aplicada y penalti contra el defensor. 

 

 

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