El Gran Canaria cumplió con sus deberes en la última jornada de la fase regular de la Eurocup. Ganó con inesperada dificultad final en Polonia al Trefl Sopot (73-76). Y ahora deberá esperar al resultado del Ratiopharm Ulm-Hapoel Tel Aviv -deben perder los hebreos- para saber si logra el segundo puesto de grupo y evita la primera eliminatoria. Porque la tercera plaza la ha asegurado, al menos.

El partido tuvo una historia fraccionada en dos etapas. Una primera con dominio español, porque los amarillos lo abordaron con determinación en ataque y dureza defensiva ante el colista del grupo que solo había logrado una victoria en 17 jornadas. Y otra posterior final cargada de emociones, porque Sopot llegó a remontar 16 puntos en contra y colocarse incluso en la delantera del marcador durante el último cuarto.

Después del primer intercambio de canastas, el equipo isleño se lanzó por la victoria logrando abrir un hueco de 13 puntos en el primer parcial (15-38). Pelos y Conditt lideraban entonces las acciones bajo tablero. Lakovic tuvo que pedir tiempo muerte tras una leve reacción de los polacos (24-32), pero de inmediato los amarillos se lanzaron de nuevo para ampliar su ventaja y volverla a situar en la misma distancia al descanso.

Klajic, con 10 puntos, lideraba las anotaciones mientras Massamba Diop se unía a la fiesta con 6 puntos mientras permitía que Mike Tobey se desgastara lo justo.

Tras el descanso, el técnico Tabak pidió a sus jugadores endurecer y arriesgar en defensa en el intento de cambiar la deriva del encuentro. En un primer momento, el Gran Canaria aceleró su marcha y el juego le llevó a situarse a 16 puntos de ventaja. Pero el campeón polaco iba a reaccionar y dar emociones imprevistas para la recta final.

Con varias acciones bajo tablero del pivot Groselle, el equipo local llegó a situarse a 4 puntos (59-63) casi a la vez que Homesley pedía el cambio por unas molestias en el muslo. El partido había cambiado de un momento a otro y el Gran Canaria ya no tenía tanta facilidad para encontrar canastas o su tiro exterior mostraba la imprecisión de otras jornadas.

El Sopot estaba desatado en el último cuarto, creyendo que podría firmar su primera victoria en casa. Porque, además, el Gran Canaria se metió en un túnel de más de cinco minutos sin anotar. Grossele puso el empate (65-65) y su equipo llegó a disfrutar de cinco puntos de renta (70-65) ante un rival que no encontraba el aro de cerca o de lejos.

El semblante de Lakovic lo decía todo. La reacción final del Gran Canaria llegó después de dos rebotes ofensivos y sendas canastas de Brussino y Pelos (70-69). George Conditt devolvió la ventaja (70-72) de cara a la cuenta atrás del encuentro. Pelos firmó el parcial 0-9 ya en el minuto 39 de juego (70-74).

Grosselle siguió inquietando en el momento cumbre del partido. Anotó el 73-74 y taponó una jugada posterior de Brussino, con 18 segundos para la conclusión. Pero Sopot no fue capaz de definir, Conditt robó el penúltimo ataque local y Albicy, desde la línea de tiros, puso la sentencia (73-76).