Derrota mínima en San Mamés, con un sabor agridulce. Porque la UD Las Palmas no mostró el rostro de encuentros anteriores, aunque gozó de ocasiones importantes para no caer 1-0 ante el Athletic. Los amarillos se vieron por detrás en el marcador, sin embargo tuvieron hasta tres momentos para establecer un empate que a estas alturas de la competición habría sido de oro. McBurnie, Mata y Januzaj tuvieron esas ocasiones que las negó dos veces el meta Unai Simón y otra el larguero.

La derrota no cambia el plan. La liga sigue aunque ahora con un parón para poder recuperar efectivos antes de recibir al Valencia.

Pronto se extravió en la tarde de San Mamés una de las premisas que permitió sorprender al Atlético de Madrid en la jornada anterior. El Athletic marcó su gol de apertura en la primera oportunidad en que los rojiblancos pisaron el área visitante. Además, ese tanto fue consecuencia de una jugada sencilla donde hubo cierta pasividad defensiva para no permitir el pase de De Galarreta o dificultar el avance de Iñaki Williams. Pero ni una cosa ni la otra ocurrió y el gol fue un duro castigo.

La UD Las Palmas tardó algunos minutos en reaccionar a ese golpe. Parecía jugar con motor de gasoil, yendo de menos a más hasta meterse por completo en el partido igualando las fuerzas en el terreno. Los primeros intentos amarillos fueron de Moleiro y de Essugo, en apenas un minuto. Pero los dos lanzamientos no lograron el objetivo, por intervención defensiva y por desvío alto del portugués. Al menos el mensaje de la reacción quedaba.

El encuentro pareció ‘embarrarse’ durante casi media hora, con abundantes duelos y sin dirección clara hacia las porterías. Sin embargo, en el minuto 37 fue Sandro el que rompió la monotonía con una excelente galopada desde campo propio. El grancanario conectó con McBurnie, pero el escocés no logró superar a Unai Simón: Su disparo en el cara a cara lo repelió el portero con el pie, dejando el marcador como estaba.

Con 1-0 se llegó a la tregua del encuentro, con sensaciones contradictorias. Porque no se podría discutir la entrega en cada jugada, pero en cuanto a creación los amarillos no habían mostrado salvo un par de trazos interesantes. El Athletic tenía especial atención a Moleiro al que obligaba a recibir de espaldas y siempre con un defensor encima. Sin embargo, Ruiz De Galarreta movía a sus piezas rojiblancas a placer, sin la misma oposición del rival.

Otro inicio light

A los amarillos no les sentó bien el descanso. Volvieron a salir con timidez al terreno de juego, sin la tensión anterior. Y pudieron pagarlo caro a los 47 minutos con la segunda ocasión local, que acabó rechazada por el larguero tras cabezazo de Berenguer. Todo había comenzado con un mal saque de banda de Viti.

Las Palmas no reaccionaba y el Athletic perdonaba. El peligro se acercó varias veces hasta la zona de Horkas. El meta croata salvó de Berenguer y otro de Sannadi, mientras entre ambos intentos Canales dispuso de una ocasión en la zona del punto de penalti, pero golpeó fuera.

El 1-0 ya era corto para los méritos bilbaínos. Martínez trató de buscar soluciones desde el banquillo, con piezas de refresco ante un rival que seguía cómodo, sin sentir picotazo alguno. Al partido lo salvaba la incertidumbre que había generado la ausencia de un segundo tanto local. 

La inquietud se trasladó entonces hacia el área vasca. El belga Januzaj fue el emisor de un disparo lejano que, en el minuto 78, golpeó también el larguero de Unai Simón. Se hizo el silencio en San Mamés, porque el león no tenía dominada por completo a su presa.

Januzaj colocó un balón de gol en el 86, que remató Jaime Mata a la pierna del arquero internacional del Athletic. La visión del belga daba esperanza a Las Palmas, pero Unai Simón intervenía lo justo para negar el empate.

Las Palmas se vació hasta el 94, pero no llegó el gol que habría compensado al menos el desgaste y la tensión.