Viera: extenso y nada polémico

"Mi fútbol está bien cuando mi cabeza está bien. Y ahora soy feliz" admite el fichaje que pisa fuerte en la pretemporada. La Primera División está por descubrirle de verdad y él empeñado en ello

M.B.

Cuando Jonathan Viera comenzaba a despuntar en filiales, cuando la gente le comparaba con el nuevo Romario de Canarias, tenía en su horizonte a Juan Carlos Valerón, también a Nauzet y a Momo. De aquella magia quería aprender. En 2015 esas carreteras se han cruzado en una misma dirección y es la luz de Jonathan Viera una de las que más ilumina. El grancanario se ha reencontrado a sí mismo, convenciendo a la UD Las Palmas de que merecía el esfuerzo de hacer la compra y dejar atrás su etapa aciaga en el Standard de Lieja. "Se lo agradezco mucho; se lo compensaré. El único favor que he pedido era hacer fuerte la pretemporada para no tener lesiones en la Liga. Todo lo demás vendrá a partir de ahora".

Jonathan Viera tiene un ciclo futbolístico distinto a muchos conocidos: avanza cuando vuelve sus pasos. Porque lo mejor suyo se realizó antes, en dos temporadas, con la camiseta amarilla. Y el mejor juego que se le recuerda de forma continuada de nuevo vuelve a realizarlo con el escudo que le vio nacer a nivel profesional. Su final de Liga pasada fue espléndido, notable alto: en la actual pretemporada es el jugador que está marcando detalles (aún solo detalles) de jerarquía, de liderazgo, de carga de responsabilidad. Se le ha visto hasta ahora con la chispa conocida, con descaro, ingenio, verticalidad y, como decía Juan Manuel Rodríguez, con una exhibición en el aspecto físico. "Jonathan nos engaña sin saberlo", auguraba el entrenador grancanario. "Cuando está en forma, su físico es imponente, de los mejores del equipo" decía entonces el entrenador que primero le sentó en un banquillo.

Si es capaz de unir los tres conceptos en la Primera División -lo técnico, lo creativo y lo atlético- la UD Las Palmas puede encontrar en él a una de sus piezas determinantes en este peligroso primer año tras el retorno, donde el listón del equipo ha de estar a la par de su auténtico rol.

Viera lo sabe. La pasada semana confesaba a la emisora oficial de la UD Las Palmas que su regreso era una decisión con signos definitivos, para enterrar fantasmas y recuperar al futbolista que todo el mundo creyó ver alguna vez. "Sentía que tenía una deuda con la UD Las Palmas. Regresé al equipo tras una etapa muy mala, pero la gente me recibió expresándome la confianza que tenía en mí. La afición de Las Palmas me lo hizo saber cuando venía de un momento en que nadie creía en mí".

Y además, ha encontrado palabas sabias en su proximidad, que le han convencido de lleno en cuanto estaba haciendo y realiza ahora. Se lo señaló el Flaco: "Valerón me decía que antes veía mis encuentros y creía que yo era muy vistoso. Pero ahora me dice que voy por delante a mi edad, que he hecho cosas en el play off de un jugador maduro, que no conoce su techo aún. Si lo dice Valerón ... (...) Mi final de la pasada temporada fue muy bueno y realmente me sentí espectacular".

Todo Viera está relacionado con el estado del alma, nunca mejor reflejado cuando de fútbol se habla. "Tengo una espina clavada porque quiero ser importante. Quiero que vean la próxima temporada al Jonathan Viera en Primera División. Necesito estar tranquilo y feliz para jugar al fútbol. Soy así: si no estoy contento, muy juego no va". Y en la Unión Deportiva Las Palmas ha reencontrado la felicidad. "Mi cabeza está bien; y mi juego también".

Así se siente el primer gran fichaje de la temporada 2015-16. Es el Viera que solo la afición de la UD Las Palmas ha sabido apreciar y posiblemente la que mejor le ha aplaudido. Y ahora, extenso y nada polémico.