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Canarias, en la ruta de la primera Copa del Mundo

Documentalistas del Mundial de 1930 aseguran que el Trofeo Jules Rimet hizo escala en Las Palmas de Gran Canaria, rumbo a Montevideo

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  • 01/03/2013 - 18:35

Manuel Borrego

El trofeo de la Copa del Mundo, versión moderna de FIFA, estará el próximo lunes en Las Palmas de Gran Canaria para ser expuesto por la Federación Territorial de Fútbol. Los grancanarios podrán inmortalizar imágenes personales con esta preciada conquista de la selección nacional. Y también con los correspondientes a los dos Campeonatos de Europa ganados por la Roja recientemente.

A la derecha, miembros de FIFA en conversaciones de cubierta. El más alto es John Langenus, árbitro de la primera final mundialista

A razón de ello, descubrimos en Tinta Amarilla un episodio que pasó de puntillas en la historia de los Mundiales porque no tuvo el impacto mediático en la época que tendría en la actualidad. Y es que la Copa Jules Rimet, el primer trofeo artesanal con el que se premió al ganador del Campeonato del Mundo de 1930 celebrado en Uruguay, pudo pasar unas horas en Gran Canaria en su tránsito desde Barcelona a Montevideo. Y afirmamos que "pudo" porque no queda constancia documental en la Autoridad Portuaria de la capital grancanaria (posible desaparición de archivos), ni en los diarios de la época, del paso del barco que transportaba tan preciada pieza de Europa a Sudamérica. Pero, según algunas fuentes históricas que rememoran ese torneo, afirman que el barco realizó una escala técnica en el Puerto de la Luz.

Esa nave del Mundial fue el trasatlántico SS Conte Verde, vapor de la naviera Sociedad de Navegación Lloyd Sabaudo, con registro en Turín pero centro de operaciones en Génova. La estampa del Conte Verde, así como la de sus 'hermanos' Giugliu César y Conte Rosso, era habitual en la bahía de la capital grancanaria. Se trata de un trasatlántico de 18.765 toneladas, con capacidad de transporte para 230 pasajeros de primera, 290 de segunda y 1.880 de tercera que realizó la travesía transoceánica en 16 ocasiones y de conocida presencia en nuestras aguas. Y fue famoso a nivel mundial porque en él realizó varias travesías a Europa el mismísimo Carlos Gardel.

LAS SELECCIONES PARTICIPANTES

El Conte Verde fue el barco de aquel Mundial porque en él, rumbo a Uruguay, viajaron las selecciones europeas que iban a disputar el torneo ganado finalmente por la selección charrúa en final contra Argentina (4-2). La nave partió de Génova el 19 de junio de 1930, incluyendo ya en su pasaje a la selección de Rumanía y, junto a los deportistas, el Rey Carol II. En Villefranche Sur-Mer (Francia) se incorporó la delegación gala junto al presidente de la FIFA, Jules Rimet, así como miembros de su directiva y los tres colegiados del Viejo Continente que iban a dirigir encuentros de la novedosa fase final: Thomas Balway (Francia), Henri Christophe (Bélgica) y el afamado John Langenus, juez directivo que sería el designado de dirigir la final entre uruguayos y argentinos.

A la izquierda, Jules Rimet posa con parte del pasaje

En las bodegas del majestuoso piróscafo -barco de vapor- se encontraba el tesoro codiciado: una estatua de casi dos kilos de peso y de 35 centímetros de altura. La Copa Jules Rimet se realizó en oro y había sido creada por el escultor francés Abel Lafleur, simbolizando una diosa alada con los brazos en señal de la victoria. Esa preciada obra de arte presidió las posteriores celebraciones de la Copa del Mundo hasta México 1970 cuando, al ganar el torneo Brasil por tercera vez, la conquistó en propiedad para llevarla a las vitrinas de la Confederación Brasileña de Fútbol.

La estampa del SS Conte Verde, a la derecha, cruzando el Atlántico

La historia de este trofeo profundiza hasta el misterio que le rodea porque fue robado en Río de Janeiro en 1983 y no recuperado. En la CBF están convencidos de que definitivamente su metal fue fundido para una segunda creación. Brasil conserva, no obstante, una réplica.

BARCELONA, NUEVA ESCALA

Volvamos al viaje. La última escala en el Mediterráneo del Conte Verde fue Barcelona, donde se completó la amplia delegación deportiva mundialista con la inclusión de la selección de Bélgica. Todos los equipos participantes lo hicieron por invitación. España renunció a acudir al primer Mundial porque el entonces seleccionador, José María Mateos, emitió un informe negativo del viaje habida cuenta la complejidad del desplazamiento marítimo.

A la izquierda, la imagen del equipo francés en la cubierta del SS Conte Verde

Y no le faltaba la razón. La travesía duró dos semanas e, insistimos, algunas fuentes señalan el Puerto de La Luz como enclave para una escala técnica de abastecimiento. En cualquier caso, no se produjo desembarco alguno ni la población insular de la época tuvo constancia de la presencia de tales emisarios futbolísticos que hacían el tránsito hacia Sudamérica, porque aquel Mundial pasaba de puntillas para la prensa grancanaria.

ENTRENAMIENTOS EN CUBIERTA

Tanto tiempo en alta mar hizo volar la imaginación de los equipos europeos para no perder la forma. De ahí que incluso se celebraron entrenamientos en la cubierta de la nave, algunos con balón. El 4 de julio de 1930, el Conte Verde alcanzó su destino en Montevideo, con breve escala -parece ser que muy festiva- en Río de Janeiro, donde la selección de Brasil se incorporó al grupo. Entonces faltaban apenas nueve días para el inicio de las 'hostilidades' balompédicas.

Curioso es que la prensa local grancanaria sí reflejó el paso de la otra nave mundialista: el vapor Florida que, rezagado, estuvo unas horas el 25 de junio en Las Palmas de Gran Canaria con la selección de Yugoslavia ocupando sus camarotes. Pero no se comenta en las notas de prensa isleñas la presencia de los futbolistas balcánicos.

El Conte Verde, que se hizo a la mar el 21 de octubre de 1922, tuvo un curioso final en su hoja de servicios. En 1932 pasó a manos de Lloyd Triestino para enlazar Italia con China, vía Port Said (Egipto), Bombay (India), Colombo (Sri Lanka), Singapur y Hong Kong. Muchos judíos lo utilizaron en la huida hacia Oriente, escapando de la dura represión nazi a finales de los años treinta. En el puerto de Changhai fue confiscado más tarde por Japón, que lo utilizó para el transporte de las tropas imperiales durante la Segunda Guerra Mundial, en el conflicto del Pacífico. Pasó a denominarse Kotoburi Maru y con ese nombre y cambio de imagen acabó en las profundidades del Puerto de Maizuru tras el bombardeo de los cazas estadounidenses.

 

A la derecha, el cambio de imagen del Conte Verde, al pasar a la ruta asiática y antes de ser expropiado por el gobierno del Imperio nipón

 

 

 

 

 

Jugadores brasileños, a la izquierda, se ejercitan en la cubierta del Conte Verde

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