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El adiós a Abilio Mendes, leyenda del balonmano grancanario

Poderoso y ágil jugador, actuó en los mejores equipos del archipiélago de su época: Canteras UD, Tres de Mayo de Tenerife y CB Escaleritas

  • BALONMANO
  • 08/08/2011 - 15:45

El deporte de Canarias llora la pérdida de uno de sus grandes jugadores: Abilio Mendes Carvalho (Fernando Poo, Guinea Ecuatorial, 23 de diciembre de 1954), aquel atlético balonmanista que defendió los colores de los más importantes equipos del archipiélago se nos ha ido este lunes. Mencionar su nombre evoca las jornadas memorables del Canteras UD, del Escaleritas, del Tres de Mayo de Tenerife e, incluso, del Marcol de Valencia donde llegó a actuar.

Abilio era un superdotado para el deporte, capaz de levantar la admiración entre sus propios compañeros. En cualquier modalidad en la que hubiese participado habría tenido un hueco estelar. Tenía un físico portentoso que apenas necesitaba cuidar porque la Naturaleza le había premiado con unas cualidades y agilidad poco vistas en los deportistas de su época y posteriores. "Fui compañero suyo en juveniles, en el Pepsi Sansofé", rememora Pedro Padrón (portero con el coincidió desde su etapa adolescente). "Abilio venía del Gimnasio Las Palmas, donde era un atleta espectacular a las órdenes de Jesús Telo Núñez. Pero quería balón", apunta. "Practicaba gimnasia, jugaba al fútbol en el Firgas y también se federó en el balonmano. ¡Qué jugadorazo!. En el gimnasio había adquirido una extraordinaria musculatura que le permitió tener luego tan grandes facultades para cualquier modalidad deportiva".

De manera inmediata Abilio pasaría a figurar entre los más  importantes jugadores del Canteras UD de la década de los setenta, aquella época en la que el balonmano llenaba el pabellón Municipal Obispo Frías y más tarde el García San Román. Por sus condiciones y técnica, resistencia física al margen, podía actuar en cualquiera de las posiciones de campo, aunque lucía de forma extraordinaria en las acciones de segunda línea donde exhibía su capacidad de salto y agilidad para el disparo más difícil. "Yo le vi jugar incluso de portero en el Marcol de Valencia", añade Sulo (el eterno capitán del Escaleritas). "Abilio era muy habilidoso, con velocidad y mucha calidad de muñeca. Fue un placer tenerle como compañero y amigo". "Para mí", añade Pedro Padrón, "era un jugador de primera línea, porque su salto no se podía controlar y luego se contorneaba en el aire para buscar el mejor ángulo. Ha sido irrepetible, pero tuvo la mala suerte de jugar en una época donde el balonmano no era profesional como ahora".

Tras su paso con el Canteras conoció la primera apuesta en el exterior. Acudió como refuerzo, junto a Tonono Lozano, al Tres de Mayo de Tenerife en los años ochenta. Y después de cubrir su ciclo en Valencia  ingresó en el Escaleritas donde su juego fluido enlazó con los jóvenes valores del club y algunos compañeros canteristas que también jugaron con los 'chicos del barrio'. "No tuve ocasión de dirigirle", señala el ex entrenador del Canteras, Rolando Cardeñosa. "Pero desfruté mucho de su balonmano o del espectáculo que Abilio generaba cada vez que salía a una cancha".

Abilio debió afrontar tras su retirada del deporte una segunda vida con años de lucha, donde también era difícil de vencer. Este lunes, a los 56 años de edad, se convirtió en leyenda.

La capilla ardiente de Abilio Mendes Carvalho quedó instalada en el Tanatorio San Miguel de la capital grancanaria donde, este martes, se procedió a su incineración. Tinta Amarilla se une al dolor de familiares y amigos, así como al de todas aquellas personas que alguna vez soñaron con su extraordinario juego.

M.B.

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