No es una fiesta, aunque en los prolegómenos lo pueda parecer. Es una batalla con tintes decisivos por la permanencia, el momento de un tsunami amarillo en el Gran Canaria para empujar a los jugadores de la UD Las Palmas en el primero de los cinco últimos intentos por lograr la permanencia.

La tarde del sábado traerá el espíritu de 2015 y de otras grandes ocasiones en las que el conjunto representativo de Gran Canaria ha necesitado de aliento de sus leales seguidores. Lo pudieron comprobar en la última victoria frente al Atlético de Madrid y lo tratarán de repetir frente al Valencia, que vive aparentemente ajeno al drama en el tramo final.

Será un día complicado para los jugadores de Diego Martínez, a los que se les pedirá máxima concentración para no cometer errores en el juego presionante de su crecido rival. “Estamos los que estamos y somos los que somos”, dijo el entrenador al referirse a las ausencias tan importantes en el bloque amarillo, aunque con todos los efectivos en disposición. Uno de ellos es Fabio Silva, el goleador que debe saber que su deber es arriesgar para aportar nuevos aciertos para la esperanza del equipo.

Se espera un partido sin reservas. Martínez puede resolver el nuevo tridente como lo hizo frente al Athletic Club, aunque en San Mamés el gol se le negó a los atacantes grancanarios. Unai Simón tuvo mucha culpa de ello.

El Valencia llega a la isla crecido y solo con la baja del sancionado Tárrega. Pero ambos conjuntos saben que ya no hay momento para reservar nada porque la Liga se va en un apenas un mes. Y los puntos de ahora tienen abundantes glóbulos rojos para tener vida hasta el último triple pitido.