PERSPECTIVAS 2025-26

Fue muy duro (y sincero) Álvaro Cervera, entrenador del CD Tenerife, al expresar en público el último enfado de la cosecha del colectivo arbitral. “Esta gente no se merece mi respeto” llegó a decir en rueda de prensa, calificando como “prepotentes” a los miembros del gremio judicial deportivo.
Al entrenador blanquiazul no le faltaban argumentos por lo acontecido durante la temporada, ni tampoco a sus colegas de la UD Las Palmas en el vigente ejercicio. El neófito Dario Essugo se marchó de la isla, tras su cesión de una temporada, utilizando la misma palabra que Cervera pero, en su versión, pidiendo en el futuro respeto al modesto equipo al que había defendido durante los últimos meses. El centrocampista portugués tiene un libro para contar los acontecimientos que ha vivido en lo personal y en lo colectivo.
Los dos conjuntos canarios de la Liga Profesional descendieron y el fracaso deportivo se cimenta en los deméritos acumulados por sus respectivas plantillas. Esa es la principal causa, aunque no la exclusiva. De esa tarta amarga hay una porción que aporta el gremio arbitral. En el caso de la UD Las Palmas hasta la última fecha, perjudicando incluso a un tercer implicado (Leganés) que dependía de un resultado positivo de los amarillos. Pero no se lo permitieron.
En favor del club grancanario y de sus aficionados habría que decir que han sido resistentes ante tanta injusticia, con puntos muy importantes que se fugaron entre sus dedos y que tienen origen en decisiones arbitrales o de la sala VAR. Gran Canaria ha dado un ejemplo de deportividad en líneas generales, asumiendo con entereza incluso lo que ha sido reparto justo.
No es un hecho nuevo. Repasando trayectorias técnicas del equipo amarillo en los últimos años hay expresiones de malestar desde Paco Jémez hasta el más reciente Martínez, pasando por otros técnicos que de alguna manera sintieron que no todos los puntos merecidos estaban en su sitio. La historia no ha cambiado, tampoco ahora con la sala VAR como herramienta de corrección.
Pero toca pasar página a todos, no sin dejar una huella al menos de protesta mediática. Y toca expresar al colectivo arbitral que cuando se alce el telón de la nueva temporada sean merecedores del respeto que llegaron a reclamar en todos los estadios. Se anuncian cambios, autocrítica y una nueva etapa con el amanecer del siguiente campeonato. Que no sea un brindis al sol porque también los canarios se merecen ese mismo respeto que piden los del silbato.



