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Opinión

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    Con el fallecimiento de Juan Pérez Santana, Telde ha perdido a uno de sus más firmes defensores en la promoción y defensa del municipio teldense. Y no solo en el mundo de la construcción, sino también en el deporte y concretamente en el fútbol. Habría que remontarse a los años de la post Guerra Civil Española para ver a un hombre joven, trabajador, que encontró en la rama de la pintura y su quehacer diario para luchar y sacar adelante a su familia. Era en una época donde el hambre castigaba a una España que se rehacía de los añicos de un conflicto bélico.

     

    Juan Pérez empezó ahí, con los trabajos de pintura para luego formar una empresa donde dio cobijo en el mundo de la construcción a muchos teldenses y personas de la medianía, de donde procedía su esposa, Plaquita, su fiel compañera hasta que murió hace pocos años.

     

    Pero Juan no era un empresario más. Era un hombre bueno que sufrió mucho para salir adelante. Y en época de bonanza económica compartía con sus trabajadores. En Navidades se esmeraba en que tuvieran sus regalos no sólo ellos, sino también personas que colaboraban con la empresa de Pérez Santana. Cuando las fincas de San Mateo daban sus frutos, hacia arriba iban los furgones de la empresa a traer melocotones para repartir. Y es que Juan era así: Todo corazón. Recuerdo que una vez que me dijo: “Pepe, yo lo pasé muy mal de joven, y por eso quiero compartir con los demás”.

     

    Tanto llegó a compartir que a él, gran amante del fútbol, lo convencieron para que cogiera las riendas de un club y llevarlo a una categoría nacional en la que nunca antes estuvo la Unión Deportiva Telde. El nombre de su Ciudad estuvo varias temporadas circulando por la Península tras conformar un plantel de renombre y después de ganar a la candidatura oficialista de aquel entonces encabezada por Carmelo Martín. Por un voto de diferencia se impuso Juan en unas elecciones reñidísimas. El anuncio, el mismo día de las votaciones, del fichaje de Pepe Juan Suárez si ganaba Juan Pérez, aportó un plus en las opciones para ganar.

     

    Fueron cuatro las temporadas donde el Telde se convirtió en la segunda referencia del fútbol grancanario, tras la Unión Deportiva Las Palmas, y donde Juan y su familia eran asiduos en las gradas de la tribuna del Estadio Insular. Sus asientos estaban reservados tras el banquillo de los amarillos. Allí vivía Juan Pérez los momentos de gloria de la Unión Deportiva Palmas no solo en la Primera División, sino también en las competiciones europeas, cuando los amarillos volaban alto.

     

    Ahora el que ha volado alto ha sido el propio Juan Pérez Santana, porque un hombre como él, que se desvivió por los demás, desde la humildad y seriedad, solo merece lo mejor. Juan Pérez es de esas personas que no quedarán en el olvido, y muchos hoy lloramos su pérdida, aunque en los últimos tiempos su mente no le permitía reconocer a sus amigos. Pero nosotros sí que sabíamos quién era él y todo el bien que había hecho en su paso por este mundo terrenal. Descansa en paz, Juan Pérez.