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Opinión

  • Siempre hemos oído decir que a veces vale más tocar fondo para reaccionar. Y eso es lo que le ocurrió a la Unión Deportiva en la jornada catorce del campeonato, a principios del mes de diciembre, cuando tras perder con el Sporting de Gijón cayó a la última plaza de la clasificación, con diez puntos en solitario. Se le había ganado al Sevilla y a la Real Sociedad, empatado en cuatro ocasiones (Levante, Celta, Villarreal y en Valencia). Muy poca renta, y aunque el juego del equipo era en la mayor parte de las veces convincente, lo cierto es que los triunfos (los tres puntos por partido no llegaban). La opinión generalizada era que la Unión Deportiva iba ser carne de cañón para la Segunda División, sobre todo, pensando que por el Gran Canaria iban a pasar en la segunda vuelta los tres grandes, y además, el cómputo general de goles con los de abajo era desfavorable.

    Vino la doble salida de febrero con derrotas en Vallecas y Sánchez Pizjuán, mientras que el Barca visitaba a continuación la Isla para infligirle una injusta derrota. En tres partidos cero puntos, y otra vez a zona de descenso. Miguel Ángel Ramírez, en víspera de la visita de los blaugranas, reúne a los antiguos jugadores y a los medios informativos, en una cena en el mismo Estadio, y nos dice: "Estoy completamente seguro que nos vamos a salvar. Olvídense del descenso". No se mereció perder con los azulgranas pero así sucedió, como también paso en la madrugada siguiente los incidentes en la discoteca Chester. En la siguiente semana apenas se habló del encuentro con el Eibar. El partido pasaba a un segundo plano lamentable, pero a partir de aquí surgió otra U.D. Las Palmas. El equipo se convirtió en una piña para ganar en Ipurúa, golear al Getafe devolviendo el 4-0 de la primera vuelta, y exhibir un buen juego con victoria incluida en Villarreal.

    Era otra Unión Deportiva. La inmerecida derrota ante el Real Madrid sólo sirvió para consolidar la idea de fútbol que Quique Setien se metió entre ceja y ceja que sus jugadores asimilaran. Así vinieron las tres victorias seguida en San Sebastián y La Coruña, entre las cuales también hubo otra, esta vez ante el Valencia, que esa misma semana había decidido relevar al entrenador. La brillante victoria sobre el Español dejó al equipo en las puertas de la salvación, a falta de tres jornadas para el final. ¿Quién lo iba a decir?. Los malos augurios que se tenían en la primera vuelta, incluso después de la destitución de Paco Herrera, pero afortunadamente el cambió llego a tiempo, y la apuesta de Setién, sin experiencia alguna como entrenador en la máxima categoría, dio unos excelentes resultados.

    La Liga está tocando a su fin. Ante el Athletic fue el partido homenaje a Valerón que dijo adiós como futbolista ante miles de aficionados que le expresaron, una vez más, su cariño y admiración. Pero la vida del deportista es corta, aunque Juan Carlos la ha prolongado y mucho, con agradecimiento de los amantes del arte. Ver a Valerón saliendo del campo entre los aplausos de sus compañeros y del equipo rival, es digno de admiración, y ese cariño se lo ha ganado él solito, con su nobleza, con su sonrisa y con ese corazón tan grande que tiene. Gracias Valerón por lo que le has dado al fútbol. Y si esa despedida nos congratula, lo que no nos parece justo es que nuestrea afición le pite a un jugador que sale al campo a defender un escudo, una camista como la Unión Deportiva Las Palmas. Nauzet se equivocó, pagó su culpa, pero cuando corre en un campo vestido de amarillo no se le puede censurar. ¡El que este libre de culpa que tire la primera pieda!. A lo mejor alguno de los que pitaban han tenido en su vida una conducta peor de lo que pudo hacer Nauzet.

    Estamos a principios de mayo. Hay tiempo para planificar. Un gran entrenador que tuvo la Unión Deportiva Las Palmas, el inolvidable Roque Olsen, nos decía siempre cuando estábamos a estas de la temporada. "Ahora toca planificar en los despachos. El resultado de la Liga que viene depende mucho del trabajo que se haga en estos meses de verano". Sabio mensaje aplicable siempre. El domingo por la mañana despedida en Málaga, ojalá que sea con una victoria para mejorar la clasificación, y luego a trabajar en los despachos. Agosto está a la vuelta de la esquina y no hay que perder el tiempo.