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Opinión

  • El mundo del arbitraje de fútbol en nuestra provincia ha perdido uno de sus grandes pilares. Defensor a ultranza del colectivo, Esteban se convirtió en un luchador por la formación de sus colegiados y en defensa del juego limpio, como se puso de manifiesto en tantas y tantas ediciones de los Clinics que anualmente organizaba. Hernández Galván deja una profunda huella en el colectivo arbitral, al que le dedicó toda su vida, primero dirigiendo encuentros sobre los terrenos de juego y luego al frente del Comité, donde contó con un equipo de trabajo al que siempre destacó.

    Desde hace unos meses había dejado de acudir al Estadio Gran Canaria para presenciar los partidos de la UD Las Palmas. Ya empezamos a sospechar que pasaba algo, y claro que algo estaba ocurriendo porque si era fiel al mundo del arbitraje, también lo era con nuestro equipo amarillo. En los descansos no acudía a tomarse el café. Se quedaba sentado en su butaca para evitar controversias y ahí aprovechamos para hacer valoraciones de lo que habíamos visto en la primera parte. Siempre eran opiniones meditadas, tratando de ser lo más objetivo posible, pero defendiendo su colectivo.

    Sinceramente creo que se nos ha ido un auténtico caballero del deporte, que dignificó el mundo del arbitraje, luchando por que sus mejores colegiados estuvieran en la élite. El último ha sido el lanzaroteño Alejandro Hernández, que tan buen papel está realizando en la Primera División.
    Como decía Esteban a sus más allegados, "cada día estoy más cerca de Pérez Viera", el que fuera vicepresidente del Comité e íntimo amigo de èl, y que falleció en el 2011. Pues le llegó la hora de reencontrarse con Pepe, y juntos seguro que seguirán pensando en como mejorar el colectivo árbitral. En su despedida sólo nos cabe decir a Esteban, gracias por todo lo que hicistes por el deporte rey en nuestra tierra.