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Opinión

  • Realmente es preocupante que en vísperas de un partido tan trascendental como el que tiene la Unión Deportiva Las Palmas este sábado, en el Estadio Gran Canaria, exista tanta división, tal desencuentro entre afición y equipo. Una vez más tenemos que expresar nuestra opinión, y más que opinión, nuestro deseo de que aparquen esas diferencias, y esa conexión que se vivió en el derbi vuelva a ser realidad ante la Ponferradina. Tiempo habrá para analizarlo todo y tomar las medidas que sean precisas, pero ahora hay que sacar adelante este partido, para sumar tres puntos que nos den un puesto en el play off, que ya de por sí es poca cosa para lo que se había proyectado, y por el dinero que se ha invertido. Pero, insisto, ya vendrá el periodo del análisis.

    Las dos últimas derrotas de los amarillos no sólo acabaron con toda posibilidad de ascenso directo, sino que pone en peligro las opciones de clasificarse entre los que pelearan por la plaza que resta, y de ahí la trascendencia de este partido con la Ponferradina. Está claro que todo lo que no se ascender sería un fracaso deportivo, pero lo peor de eso es que quien "paga" las consecuencias de ese fracaso es el aficionado al que se le quita la oportunidad de ver en el Estadio de Gran Canaria a las figuras de la llamada mejor Liga del mundo. Dejemos de pamplinas, porque la afición de la UD está cansada de ver partidos de segunda. El nivel de una competición y la otra, es como el día y la noche, y si técnicos y jugadores dicen a boca llena que está es una afición de Primera, proporcionen esa satisfacción.

    No hay excusas posibles. Josico y Javi Guerrero que saquen el mejor equipo posible, sin hacer probaturas, porque no hay tiempo para ello. En Mallorca se sacaron al campo jugadores que hacía meses que no contaban ni para el banquillo, buscando un revulsivo que no llegó, como era de prever. Y hablando de Mallorca y de las cervezas post partido, estamos de acuerdo con Barbosa en que posiblemente no querían ofender a nadie con esa salida, pero ¡hombre! Cuando hay aficionados que esa tarde-noche ni salieron de su casa por el disgusto de la derrota y de la forma en que ésta se produce, lo menos que se esperan es esa reacción de algunos jugadores, iconos para lo bueno y para lo malo. Y es que ya lo dice el dicho que "la mujer del César, aparte de no serlo, tiene que...". Hay obligaciones por reglamento y otras por ética. Tiempo habrá para tomarse una cervecita, aunque lo mejor sería celebrar el ascenso con un buen ron de Arucas.