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Opinión

  • Victor Afonso puede dar por terminada esta etapa como técnico dentro de la estructura de la Unión Deportiva Las Palmas. Su decisión, al igual que la de su fiel escudero y amigo, José Luis Padrón, no ha tenido que ser fácil, pues la vinculación con la entidad amarilla está más consolidada y parte desde la niñez. La magnífica temporada realizada por el filial en Segunda División B, después del ascenso desde la Tercera, es un aval que le da mucho prestigio a su currículo profesional que, quizá, no se valoró lo suficiente a raíz de cesar a Lobera en el primer equipo, cuando la comisión deportiva optó por la opción Josico. El 'heredero natural' de ese relevo era Victor Afonso, pero no fue así, aunque después de lo visto en Mallorca, a lo mejor le hicieron un favor. El club, no obstante, cuenta con él en el futuro para una temporada desde el kilómetro cero, sin baches ni averías como está actualmente.

    Para él llegó el momento de dar un salto cualitativo en su carrera. Hay ofertas varias (incluso saltando de archipiélago) que se están analizando, y puede que le vengan bien adquirir más madurez para sentarse en el banquillo de la U.D. Las Palmas, para el que ya ha dado muestras de que está preparado para dirigir, aunque no se lo hayan podido dejar demostrar. ¿Qué le falta madurez? Mejor no hablar de éste tema, porque para escribir la experiencia de los últimos inquilinos de ese ardiente sillón sobraba con medio folio.

    Victor ha demostrado que es un hombre coherente. Lo más cómodo para él era continuar en el filial, nutriendo jugadores para el primer equipo, como ha hecho éste año donde Lobera le 'robó' a los pilares con que contaba, y pese a ello clasificó para el play off del ascenso, en una categoría muy dura, de donde cuesta mucho salir, puesto que de ochenta equipo suben cuatro. Son argumentos que hay que valorar.

    Y si Victor está estudiando su futuro, la Unión Deportiva tiene ante sí un partido trascendental. ¿Quién iba a pensar que Las Palmas se jugaría ante la Ponferradina la opción de clasificarse para el play off? Lo peor, el ambiente que se ha generado en este tramo final del campeonato y es el menos aconsejable para ese encuentro final. Es difícil pedirle la afición una tregua, pero la verdad es que es imprescindible. El corazón te pide recriminar la actitud de varios jugadores en Mallorca, pero no es el momento. Pero hay que ser frío, y hay que pensar en que se está ante la oportunidad de estar o no en la pelea del ascenso, y la Ponferradina se tiene que sentir presionada por su afición y demostrar que la madurez y 'profesionalidad' está en la grada.