"Impresionaba ver de frente a Beckenbauer y Maier"

Felipe Trona rememora la figura del legendario jugador alemán y compara futbolísticamente la diferencia con su otro ídolo personal, Tonono Afonso

Trona, ante una imagen del Bayer saludando en el Estadio Insular en 1972 (C. Torres/ Juan Gregorio Hernández)

Manuel Borrego

Felipe Trona todavía recuerda aquel amistoso frente al Bayer de Munich de 1972, recordado en las últimas horas con motivo del fallecimiento del legendario futbolista germano Franz Beckenbauer.

En la formación y relevos de la UD Las Palmas había varios jóvenes futbolistas que empezaban a deslumbrar en el bloque que aún mantenía el aroma del subcampeonato y tercer puesto de los años sesenta. Uno de ellos fue Miguel Ángel Santana, el joven extremo de 18 años, integrante del equipo campeón de España de su categoría meses antes con la formación dirigida por Manolo Torres. Tuvo antes del partido Miguel Ángel la habilidad de encontrarse con Beckenbauer para fotografiarse junto al astro del fútbol mundial.

El otro joven del equipo que también participó en la segunda parte fue Felipe Trona (22), ubicándose en su posición natural en el centro del campo. De aquel encuentro de hace casi 52 años no olvida Trona la entidad del rival al que se midió Las Palmas en el torneo triangular del Estadio Insular.

“Aún hoy recuerdo que resultó impresionante tener enfrente a Beckenbauer y Maier” comenta al valorar la imagen que tenía en el campo desde su posición. “Ya tenían gran fama mundial y el Bayern era un equipo que nos valía para calibrar la pretemporada”.

“Pasado este tiempo, el momento en que Tonono y Beckenbauer se cruzaron en el campo ha resultado inmortal. Se puede apreciar ahora que ha fallecido el futbolista alemán, porque la imagen de aquel día es la de ambos saludándose en el centro del campo. Estamos hablando de dos de los grandes jugadores en su posición”, puntualiza. "A Beckenbuer se le reconoce por su salida de balón, con la elegancia y firmeza con la que avanzaba cruzando el campo. Insisto: para un joven jugador como era mi caso fue algo impresionante. Yo destaco a Tonono porque era perfecto en otra cualidad, la del cruce ante los delanteros rivales. Era muy listo en el campo y sabía el momento exacto en el que tenía que abordar la jugada rival para desbaratarla. Aquel día con los dos en el terreno de juego estábamos asistiendo a un partido de lujo”, como se ha podido comprobar medio siglo después.

Pero el Bayern era mucho más, no solo Beckenbuer. “Tenía a su espalda a un portero espectacular, con una presencia sobria que generaba seguridad. Y arriba destaco al Torpedo Müller. He visto pocos delanteros como él. Me llamó la atención que no necesitaba correr para ganar la posición a los defensas. Ya sabíamos lo preciso que era con el disparo en el área. Aquel día marcó también. Todos los que jugamos ese partido nos hemos llevado un recuerdo de por vida”.

Porque verse frente al káiser no fue cosa de todos los días.