Noly Afonso, testigo directo de la última victoria en feudo del Betis, explica su nexo verdiblanco, la amistad con Gordillo y el 'tierra trágame' de aquel sonado triunfo de 1978
Manuel Borrego
“El campo del Betis fue el primero que visité como futbolista en un viaje a La Península.Lo hice como integrante de la UD San Antonio en la eliminatoria frente al Triana Balompié,que entonces era filial del Betis. Logramos pasar la ronda. Ya era el del Betis un estadio impresionante en aquella época”. La vida deportiva del ex amarillo Manuel Afonso, Noly (74) conserva algunos episodios de rivalidad con el club sevillano. La alusión de la eliminatoria de 1971 corresponde al campeonato de España de aficionados, que el conjunto antoñito grancanario acabó disputando la final frente al Real Madrid.
En aquel equipo bético militaban Bizcocho y Cardeñosa, defensa y cerebro de un conjunto que años después iba a cruzarse varias veces en la trayectoria de Noly, testigo directo de la última alegría en el Villamarín. Ese triunfo grancanario aún hoy tiene actualidad, porque el 1-2 de 1978 representa la segunda y última conquista de la UD Las Palmas en el estadio del Real Betis. Desde entonces ha pasado cuatro décadas y media.
Noly compartió aquel día formación con Carnevali, Estévez, Roque, Felipe, Hernández, Jorge Fernández, Félix Marrero, Brindisi, Maciel y Morete. En los cambios entró Fernández. En el Betis, además de los mencionados Bizcocho y Cardeñosa, también actuaron Esnaola, Biosca, Gordillo, Sabaté, Alabanda -autor del gol andaluz-, López, Eulate, Anzarda y García Soriano, con Del Pozo como relevo.
“Precisamente hace unos días me acordé de ese partido. Porque entonces teníamos 30.000 pesetas de prima (180 euros actuales) por la victoria en casa. Mientras que por el triunfo a domicilio cada jugador recibía 60.000 pesetas. Y resultó”, recuerda Noly a los lectores de Tinta Amarilla, “que yo estaba preparando mi casa antes de la boda. Tras el triunfo me encontré en la ducha con mis compañeros y les dije que con la prima me compraría el tresillo. Siempre que estaba en casa en el sofá me acordé que se debía a aquella victoria nuestra en el Villamarín”.
Noly matiza que “ganar fuera de casa no era fácil en aquella época. Y ganarnos a nosotros en el Insular, tampoco: Era dificilísimo y los rivales lo sabían”. De aquel encuentro frente al Betis, con ambos goles visitantes logrados por el Puma Morete, tiene Noly otro recuerdo. “A veces Miguel Muñoz me colocaba el número once en la espalda, pero tenía misiones de marcaje. La de aquel día era nada menos que controlar a Rafael Gordillo, un lateral muy rápido y que jugaba hasta la línea de fondo en la banda derecha. Me hizo correr lo que no estaba escrito, pero creo que le hice un buen marcaje en general”.
Sin embargo, con el tanteador ya 1-2 y a pocos minutos del final, Noly sufrió un ‘tierra trágame’. "Fue una jugada de Cardeñosa y yo arriesgué en mi entrada, porque era peligro. El rival cayó y todo el mundo pidió penalti. Yo no quería mirar al árbitro (Franco Martínez) porque me temía lo peor. Sin embargo, cuando dijo que siguiera la jugada respiré. No era habitual en aquella época que una jugada así pasara de largo. Al final ganamos y yo pude comprarme el sofá que quería”.
Con el tiempo, Noly prolongó su amistad con Rafael Gordillo. “Él venía de vacaciones a El Confital, porque tenía familia en Canarias. Y por eso quedábamos en el Piano Bar La Clave para charlar allí y recordar los tiempos cuando fuimos jugadores”. Incluso coincidió con él recientemente, cuando estuvo como integrante de la delegación del Betis en el Estadio de Gran Canaria.
Noly espera que en cualquier momento la UD Las Palmas actual pueda romper la racha de partidos sin ganar en el Villamarín. Podría suceder en la próxima jornada. “Veo al equipo muy bien en todos los aspectos. Me gusta aunque, desde mi punto de vista, nos falta un ‘nueve’. ¡Si tuviéramos al Chino (Araujo) ….!. Todo está funcionando con García Pimienta. Ni siquiera se ha echado en falta a Jonathan Viera. Y Moleiro está que se sale. Las Palmas nos ilusiona a todos”, concluye.