Manuel Borrego

Recibimos con dolor en la redacción de Tinta Amarilla la noticia del fallecimiento de José Ramón Navarro (70), un hombre de fútbol, un hombre del deporte, un hombre de bien en nuestra sociedad. José Ramón estuvo vinculado a la UD Las Palmas en una de las más difíciles etapas del club amarillo, cuando corrió en 1992 el peligro de su desaparición. Formó parte del equipo de trabajo de Luis Sicilia que, con el apoyo incansable del Cabildo de Gran Canaria, logró la transformación del club en Sociedad Anónima Deportiva.

Había mucha labor que hacer entonces y tras aquel logro, con el equipo recién descendido por primera vez a la Segunda División B, Navarro se alineó con sus compañeros de trabajo para reflotar a la agonizante entidad. Y una vez consolidada la salvación administrativa, Navarro fue miembro del histórico primer consejo de administración de la recién nacida Sociedad Anónima Deportiva.

José Ramón tenía una debilidad: le apasionaba el deporte. Y dedicó mucho tiempo a él fusionándose en un consejo laborioso que encabezaba Sicilia y que auxiliaban los recordados Paco del Pino, Pedro Suárez (secretario), Merino, Del Toro, Cabré, … hasta el hombre silencioso entonces del Cabildo, Adrián Déniz, que se había incorporado al balompié con un criterio empresarial muy necesario en aquel momento.

Navarro era, junto a Pedro Suárez, la voz pausada de aquel consejo. Se involucró tanto que acompañó al equipo amarillo en muchas ocasiones en viajes a la Península, viviendo en propias carnes las primeras decepciones en las liguillas de ascenso a Segunda División A en los ciclos técnicos de Álvaro Pérez e Iñaki Sáez.

En esa época, primera etapa presidencial de Sicilia, había una fuerte apuesta por la cantera para el resurgir del club. Brotaban jugadores como Toni Robaina y aparecían otros en el entorno, como Paquito Ortiz, primer fichaje de la era SAD del club.

Navarro continuó en la UD Las Palmas hasta 1994 para dejar el cargo de consejero cuando Sicilia fue relevado a instancias de la corporación, entonces accionista mayoritario de la entidad. Pero José Ramón no abandonó el fútbol, presidiendo durante tres lustros al Huracán o Atlético Schamman de la capital grancanaria. Paco del Pino era su nexo en las dos entidades.

Sin abandonar sus labores profesionales en la empresa Gestafis Asesores, fundada bajo su puño y letra, José Ramón Navarro trató sin fortuna de abordar la problemática que había detectado en el fútbol territorial de Las Palmas. En varias oportunidades fue opositor a la presidencia que ostentaba Antonio Suárez y su último intento fue reciente, antes de la elección de Juan José Arencibia, actual presidente.

José Ramón Navarro tenía una tormenta de ideas para el fútbol de la provincia oriental del Archipiélago, pero no llegó a poder ponerla en práctica porque no consiguió el respaldo necesario en las urnas. Los clubes escucharon sus ambiciosas propuestas, pero finalmente no se llevaron a efecto.

El deporte de Canarias pierde a un paladín, a un valedor, a un amarillo que no quitaba ojo a la UD Las Palmas. De hecho era habitual tertuliano o firma en las ondas de emisoras de la capital.

Nos unimos a las muestras de pesar de toda su familia, amigos y gentes del fútbol que alguna vez vieron en él un hilo de esperanza. QEPD.