Mármol y la variante del zaguero en aventura

Manuel Borrego

 

A Mika Mármol le ha costado muy poco ganarse la titularidad en la UD Las Palmas. Apenas pisó tierra canaria y conoció a sus compañeros tuvo la oportunidad de su debut, mostrándose así la confianza que en él tiene el técnico García Pimienta.

 

El crecimiento de Mármol (22) en el fútbol profesional se produjo la pasada temporada, en el Andorra. Su paso por el club debutante en Segunda A no fue inadvertido, siendo un líder desde tan retrasada posición donde se producía la génesis del juego de ese equipo dirigido por otro amante de los jugones: Eder Sarabia.

 

Los primeros 171 minutos de Mika con la UD Las Palmas tampoco han pasado inadvertidos. García Pimienta eligió a Álex Suárez como su acompañante en el centro de la retaguardia, sabedor el entrenador que si alguien está para dar batalla ese es el canterano grancanario que ya suma 100 partidos oficiales. La composición de distintos dúos de centrales para el vigente ejercicio ofrece una variedad amplia de estilos y perfiles con al menos cuatro o cinco futbolistas previstos (contando en la terna al canterano Juanma Herzog).

 

Pero Mika es el hombre que ha encajado de forma tan inmediata que un internacional absoluto como Saúl Coco ahora está en sala de espera. ¿Y qué decir del siempre eficiente Eric Curbelo?. Hay detalles que nos han llamado la atención sobre el estilo de Mika Mármol en estos sus primeros pasos titulares como jugador de Primera. Uno de ellos es la vocación atrevida de salir por sorpresa al ataque desde su puesto natural en el centro de la defensa. Esa opción es algo que no se estila en el fútbol actual, aunque antaño tuvo gran valor después de que Franz Beckenbauer ofreciera un auténtico magisterio en esta especialidad. En la UD Las Palmas siguieron esa estela Tonono y también Quique Wolff cuando asumió la misión de hombre libre como relevo del aruquense. Incluso el también internacional Felipe Martín alguna vez intentó este tipo de inmersiones en campo rival, que suelen generar desorden al adversario porque al tener que considerar una pieza que no estaba en los teóricos planes iniciales.

 

Mármol, en estos primeros compases de amarillo, ha mostrado soltura con el balón y buen criterio en el pase. De momento, cuando se suma al ataque saliendo de su zona de confort, no ha sido hombre goleador (un tanto) con el Andorra. Pero verlo pisar campo contrario avanzando es algo inquietante para los rivales. Y esa variante de zaguero en aventura ya se estará teniendo en cuenta por los técnicos analistas de los rivales.

 

Y es que un equipo que pretende ser atrevido también requiere ofrecer opciones sorpresivas, pero con las espaldas cubiertas.