Sergio Suárez, que regresa a Gran Canaria para jugar en la UD Tamaraceite, narra su experiencia en Tailandia, "un país que me impactó" y del que queda enlazado
Manuel Borrego
Ahora que ha vuelto para quedarse en casa, los nexos futbolísticos con Gran Canaria de Sergio Suárez Arteaga (36) se ven teñidos por la distancia y el tiempo. Así, volverá a jugar una Liga en césped artificial con la UD Tamaraceite y en Tercera RFEF después de 15 temporadas. Y volverá, por ejemplo, a ver otra vez a la UD Las Palmas en un campeonato regular de Primera División en las gradas locales, porque sus recuerdos de algo similar se alejan hasta la edad alevín cuando en 2000 ingresó en la entidad amarilla para hacer carrera deportiva.
Sergio está ya en casa y ha realizado sus primeros entrenamientos en el Juan Guedes. Ha dejado atrás una experiencia humana enriquecedora, que él mismo explica a modo de resumen. “Cuando acepté irme a Tailandia a jugar al fútbol tenía en mente estar una temporada. Al llegar a Bangkok y ver aquel caos pensé que estaría dos días. Y la realidad es que he estado casi diez años. Fue una experiencia única”.
El gemelo Sergio echó raíces en aquel país asiático, donde “he vivido de todo. Si fuera a contar las cosas que he visto y disfrutado sería inenarrable. Es un país extraordinario. Tailandia logró sorprenderme desde el primer día, pero supe que era cuestión de habituarse. Reconozco que me costó bastante adaptarme. Cada día era una sorpresa. Ir por la calle y encontrarte un elefante, por ejemplo. O intentar conducir en la capital, con una infinidad de motos que convierten el tráfico en una auténtica locura”.
Y además, “descubrí sitios increíbles, preciosos. La gente que me conocía me preguntaba qué podían hacer en un viaje a Tailandia. Y al final decidí hacer una guía de sitios, rincones, locales, monumentos … etc. Porque es un país que cuando lo descubres te impacta. A mí me ha cautivado. De hecho, al finalizar la temporada estaba con mis dudas. Y, al final, no quería venir. Pero me llamó Héctor Ramírez y hablamos hace algo más de un mes. En el Tamaraceite sabía que estaban jugadores que eran mis compañeros. Y he vuelto para disfrutar del fútbol, para divertirme con ellos otra vez”.
Para estar una década en un país tan diferente tiene Sergio su propia receta. “Hay que aceptar la cultura, comprenderla y compartirla con ellos. Los tailandeses son pasionales, pero aprecio el positivismo que tienen de la vida. Cada problema se resuelve viendo el lado bueno de las cosas. Me costó entenderlos, como es lógico, pero disfruté mucho de la gente, comprendí la mentalidad con la que se levantaban cada día”.
Acostumbrado a como estuvo en su etapa profesional de la UD Las Palmas, a Sergio le impactó desde el primer momento que algunos de sus compañeros fueran en chanclas y en moto a los entrenamientos. El fútbol de Tailandia ha ido progresando también. Suárez, que recibió consejos antes de viajar de Carmelo González (entonces la estrella del Buriram United y de la propia Thai League), comenzó su etapa en enero de 2014 con el Police United, siguió luego en el Songkhla United, aunque desarrolló su mayor ciclo asiático en el Port (equipo radicado en el área de Bangkok). Logró el título de Copa en 2019, participó en la Champions asiática, fue varias veces considerado el mejor jugador de su equipo y miembro del once ideal de la Liga, …
“El fútbol en Tailandia se inspira más en la Premier League que en otras ligas como la española. De hecho, el seguimiento televisivo del fútbol inglés es lo que más gusta a los aficionados. Y los equipos siguen esa línea”, apunta el gemelo grancanario. “Así que tuve que amoldarme a ese juegue con un estilo más directo que el español. No me fue mal”. En este último club anotó 73 tantos en 175 partidos. Le llamaban el Maestro, apodo con el que lo despidieron al regresar a España. Algunos tantos fueron de gran belleza porque Sergio explotó en suelo tailandés todos aquellos recursos ofensivos que también llegó a mostrar en la UD Las Palmas.
Había decidido en 2013-14 su marcha porque “no entraba en las convocatorias en la etapa de Sergio Lobera y yo quería jugar”.La confianza futbolística que alcanzó bajo la dirección de Juan Manuel Rodríguez se había extraviado hasta que dio el salto definitivo de su carrera, previa cesión durante unos meses por el Mirandés.
Sabía Sergio que tenía mucho que dar todavía en el fútbol español, pero quería también apagar su decepción con un viaje estilo Marco Polo. “Tenía curiosidad por una liga nueva. Quería conocer otro país y tenía ganas de volverme a sentir futbolista. Por ello, ahora reconozco que fue una decisión difícil pero acertada”.
También ejerció como embajador de otros jugadores con los que coincidió en aquel campeonato, como fueron su propio hermano Francis Suárez o el grancanario Tyronne del Pino. “Había recuperado la confianza en mí mismo y fue por ello, sin duda, por lo que he estado tanto tiempo en Tailandia”.
En su experiencia, le tocó vivir in situ un golpe de estado (2014). “En ese momento estaba con mi hermano allí. Lo vivimos juntos. Resultaba impactante comprobar cómo ponían bombas en centro comerciales donde habitualmente acudíamos. Nos recomendaron a los extranjeros que no saliéramos de casa, porque los rebeldes eran impredecibles. Llevamos al pie de la letra todo lo que nos dijeron y el asunto pasó. Sin embargo, puedo afirmar que Tailandia es uno de los destinos más seguros del mundo. Lo es sencillamente porque el turismo es una de sus fuentes de riqueza y no les conviene la inestabilidad” en las calles o en la sociedad.
“Hice cosas raras, pero no me comí un escorpión” comenta entre risas. “¿Picante en la comida?. La primera vez que comí con el equipo estaba sudando, como otro compañero extranjero. Pero me dijeron aquel día que eso no era picante. Que ya lo entendería más adelante”. “Ahora he vuelto a la normalidad aquí. También tengo que adaptarme. Mis primeros entrenamientos en el césped artificial los he notado. Los compañeros me dicen que es cuestión de paciencia, que ellos también sufrieron este proceso”.
Pronostica Sergio que “va a ser un año divertido para mí, para el Tamaraceite y creo que en la Tercera División en general. No tengo mucho conocimiento de la Liga, pero sé que hay buenos equipos y excelentes futbolistas. Ya me irán poniendo al día mis compañeros” (…) “Estoy flipando con los David (García y González). Están finos, los veo frescos en su fútbol y en la condición física. Tengo que ponerme a su nivel”.
A Sergio se le aprecia radiante. Tiene muchas cosas que hacer a partir de ahora, porque será una de las luces futbolísticas de la nueva Tercera RFEF 2023-24. Y también volver a sacar de su armario la bufanda amarilla. “La última etapa en Primera de Las Palmas la vi por televisión desde tan lejos. Ahora ya tengo el abono para el Estadio de Gran Canaria”. De alguna manera, en ese recinto donde también anotó goles extraordinarios, su pasión vuelve a los orígenes en amarillo y azul.