Obituario

El recuerdo de Luis Serrano Sanz, el admirado sastre-informador

Manuel Borrego

 

Luis Serrano Sanz (85) fue durante varias décadas hombre del fútbol regional de Gran Canaria. Valioso colaborador de muchos clubes, con vínculos muy cercanos al histórico Ferreras y al Real Artesano (club en el que llegó a ser directivo), se acercó al mundo de la información deportiva con el espíritu que presidía su vida: Ayudar a los demás.

 

Serrano Sanz nos ha dejado, como así ha confirmado su hijo Luis Alberto Serrano. Pero también brinda la oportunidad de recordar la profunda huella que deja entre las personas que conocieron a este madrileño que, desde 1974, tuvo la fortuna de echar raíces en la isla. O viceversa.

 

Su terreno profesional era la sastrería, además de ser desde niño un apasionado coleccionista del mundo del cine. Arropado por una familia que le brindaba todo el amor a cada una de sus iniciativas, Luis Serrano desplegaba sus horas de trabajo en un taller muy cercano a la iglesia Nuestra Señora del Pino, en la capital grancanaria. Lo había instalado en su propia vivienda o viceversa.

 

Luis Serrano siempre encontraba horas libres para su otra gran pasión: La recopilación de datos, alineaciones de hechos, jugadores, técnicos, acontecimientos, … Investigaba todos los documentos que a su mano llegaban.

 

Su inmersión en Editorial Prensa Canaria la hizo a través de Canarias Deportiva, dirigida en su segunda etapa por Antonio Cruz Domínguez, y también en la redacción de La Provincia, donde era una persona muy querida en el equipo de redacción de Deportes que primero lideró Antonio Lemus del Moral y más tarde José Hernández Viera.

 

Serrano cerraba el taller a eso de las cuatro de la tarde, si no antes. Cogía sus libretas, lápiz, goma de borrar .... y arrancaba en dirección al Sebadal. Siempre iba a pie, porque el volante no era lo suyo. Tras colgar las tijeras y la cinta métrica corría a sumergirse durante horas en las profundidades de la hemeroteca para allí desarrollar su pasión investigadora.

 

A él se debe una exhaustiva recopilación de datos de todos los jugadores de la UD Las Palmas, de sus partidos, técnicos, hechos notables, … Todo lo apuntaba a mano, porque el teclado tampoco era lo suyo. Revisó todas las colecciones periodísticas, leía hasta la última palabra desde la fundación del club, analizando las crónicas del propio Lemus, de Luis García Jiménez y de todos aquellos informadores que siguieron desde sus orígenes al club amarillo.

 

Pero ahí no terminaba la incansable labor del sastre-informador o viceversa. Serrano era un apasionado del fútbol regional. Daba igual la hora y el lugar. Iba en guagua hasta Maspalomas a las 20.00 horas de un sábado para ver allí un partido, buscar luego una cabina de teléfono y transmitir a la redacción los datos de su crónica. Serrano nunca fallaba. Daba igual que fuera un partido de Tercera o del fútbol femenino. De hecho, uno de sus productos informativos fue precisamente la búsqueda cronológica de la inmersión de la mujer en el balompié de Gran Canaria.

 

Luis Serrano no quería protagonismo; jamás lo buscó. Y con su sincera mirada se ganó el respeto de los que le conocieron como uno más del equipo de trabajo, sin esperar una remuneración a cambio. Ese valor también lo apreciaron los dirigentes de los clubes a los que trató con su trabajo limpio y desinteresado.

 

Se marcha Luis Serrano; atrás deja una obra y una colección de amigos entre los que se encuentran los miembros de la redacción de Tinta Amarilla. QEPD