El partido del domingo

La UD echa un pulso al tremendismo

Manuel Borrego

 

La semana post-derbi la podría dibujar John Toshack, rescatando aquella célebre frase suya al reflexionar sobre los sinsabores del fútbol. Decía el galés con su gracia natural: “El lunes pienso en cambiar a diez jugadores; el martes a ocho, el jueves a cuatro, el viernes a dos y el fin de semana ya pienso que tienen que jugar los mismos c…. de siempre”.

 

El golpe bajo del derbi representa algo así en la UD Las Palmas. Del inicio de semana al último día debe imperar la coherencia, porque en los propias palabras de García Pimienta está la solución. No se trata de romper moldes y empezar de nuevo; o de hacer cambios diametrales de piezas y sistema. Se trata de encontrar de nuevo el viento de cola y seguir navegando con los mismos instrumentos que han llevado hasta aquí al equipo amarillo.

 

El tremendismo es parte del juego. También el resurgimiento del pesimismo, que obviamente no se manifiesta en las circunstancias anteriores. Noventa minutos o cuatro partidos no rompen una temporada; si acaso le cambian el sabor al momento.

 

Pero en las manos de los jugadores del equipo amarillo está la solución. Lo primero que ha debido de ocurrir tras el 4-1 del Heliodoro es el dolor propio del resultado y del desengaño a la afición. Pero ese paso es también el combustible de lo siguiente que es ganar el encuentro inmediato y recuperar el terreno cedido en la última jornada.

 

Lo que ha de cambiar en la UD Las Palmas es la intensidad, si cabe, la intención y sobre todo la puntería. Se medirá a un rival histórico herido, a cuyas espaldas está también una marea de seguidores y un escudo en el pecho que tiene un gran peso. Llega a Gran Canaria con sus propios problemas, con bajas … pero con la necesidad como aliado.

 

El once de c… de García Pimienta es pura incógnita. La baja de Coco es segura, por su condición de internacional ahora camino de Botsuana donde juega el 28 de marzo. Y también es baja Andone, por sanción federativa.

 

Reconstruir esas piezas y alguna otra es la tarea del técnico. Reconstruir la moral, la de los jugadores.