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Obituario

Eduardo Fernández, entrenador de un Canteras UD que rebosaba pabellones

Fallece el técnico y empresario asturiano, que dejó profunda huella y creó escuela en el balonmano grancanario

  • GENTE CON DUENDE
  • 28/01/2023 - 13:25
Eduardo Fernández, entrenador de un Canteras UD que rebosaba pabellones Combo de Eduardo Fernández, en tres etapas entrenador de éxito del Canteras UD (TA)

Manuel Borrego

 

Una triste noticia nos llega este sábado a la redacción de Tinta Amarilla: Ha fallecido en la capital grancanaria Eduardo Fernández Álvarez (78), que fuera extraordinario entrenador de balonmano de un exitoso Canteras UD en los años setenta y ochenta. Y además, fundador y director de Improcansa, empresa de construcción que se proyectó en el crecimiento de la capital grancanaria y en otros proyectos.

 

Eduardo Fernández era asturiano de nacimiento, pero sus raíces profundizaron en Gran Canaria desde su llegada. Sin desprenderse de sus labores profesionales iniciales en la empresa Huarte y Compañía, se vinculó de inmediato a un deporte que amaba desde su juventud integrándose a finales de los años sesenta a la Federación Canaria de balonmano, bajo la presidencia de Hilario Estévez, con una primera función como seleccionador juvenil. Entonces se percató de las distintas camadas de jugadores a los que iba a proyectar y dirigir más adelante.

 

Desde su arribo, Eduardo dejó un sello personal de entrenador de altura y hombre muy riguroso en lo táctico y disciplinario. Sus equipos eran reconocibles y los resultados comenzaron a llegar cuando se hizo cargo del histórico Pepsi Sansofé, club al que la Federación Española vetó un ascenso a Primera por su condición de equipo insular de Canarias. Generaba unos gastos entonces considerados inasumibles para el resto de competidores que debían viajar hasta Gran Canaria.

 

En junio de 1975 se puso al frente del Canteras UD tras la dimisión de Leoncio Castellano, otro entrenador que también dejaba su huella personal en esta hermosa disciplina del 40 x 20.

 

Eduardo acabaría a hombros de sus jugadores en 1977 cuando, tras una victoria 31-25 sobre el Banesto de Madrid en Obispo Frías, el Canteras lograba el ascenso a la División de Honor.

 

Su segunda etapa en el club se produjo en 1980, tras el nuevo ascenso con Pascual Vicente. Fue un ciclo breve en la máxima categoría el que asumió el encargo del presidente Felipe Ojeda (Trona, ex jugador de la UD Las Palmas), hasta enero de 1981.

 

El Canteras fue el equipo donde más proyectó su sabiduría técnica, con un nuevo ascenso de su mano a la División de Honor (entonces sección A-2) en 1984-85, cargo que ostentó hasta noviembre de 1985. Esta sería su última etapa, porque desde entonces estaba inmerso en grandes proyectos profesionales.

 

Por las manos de Eduardo Fernández pasaron los mejores jugadores grancanarios de la época: Miguel Ángel Rodríguez, Felo, Toba, Tonono Lozano, Calero, Abilio, Sulo, Conde, … en distintos ciclos, hasta los últimos que defendieron pabellón en la máxima categoría del balonmano español.

 

Trató también Eduardo Fernández de acoplar al club a los tiempos cuando en los años ochenta se requería de esfuerzo extra para reforzar la plantilla isleña con jugadores del exterior. Bajo su consejo, el presidente Melquiades Vizcaíno incorporó a los primeros extranjeros daneses: el portero Jens Christenssen y el lateral Jan Lauridssen, este último extraordinario jugador procedente del Aarhus que más tarde triunfó en su país en el fútbol once.

Llegó a fichar incluso a un jugador de la Bundesliga, el germano Karl Heinz Nolde, que sin embargo dio ‘una espantá’ al club grancanario cuando contaba con él en sus filas y entrenándose para el inicio de la temporada. Y logró convencer como su relevo al internacional islandés Hans Gudmundson para incorporarse al proyecto grancanario en el que también participaban jugadores isleños, además de conocidos balonmanistas de Península como Sorribes, Susperregui o Auserón.

 

Ese armazón fue su última obra en el Canteras, aunque el deporte del balonmano empezaba a acusar una crisis en la capital grancanaria que no pudo esquivar.

 

Fernández tenía además una vocación instructora de jóvenes técnicos, a los que tuteló desde la Federación y desde sus distintas funciones con el Canteras UD.

 

Con su marcha se va también una parte de la memoria del balonmano grancanario, con los pabellones Obispo Frías y García San Ramón a rebosar de aficionados; era representante destacado de una cultura deportiva y un estilo de hacer las cosas que aún conservan aquellos que fueron sus jugadores.

 

Desde Tinta Amarilla nos unimos a las muestras de condolencia para toda su familia en estos momentos de gran pesar.

 

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