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Obituario

Txetxu Rojo, la zurda prodigiosa que fue 31 veces rival de la UD

  • LFP
  • 23/12/2022 - 20:30
Txetxu Rojo, la zurda prodigiosa que fue 31 veces rival de la UD Germán Dévora saluda a Txetxu Rojo, tras el UD-Athletic 1-0 de 1972 (Archivo: Juan Gregorio Hernández)

M. B.

 

El Athletic Club confirmó este viernes la triste noticia del fallecimiento de Txetxu Rojo (75), una de las zurdas extraordinarias del fútbol vasco y del propio equipo rojiblanco.

 

Fue un rival que la UD Las Palmas encontró en su camino, desde 1965 a 1982 en 31 oportunidades. La mayoría de estos partidos corresponden a la Liga, mientras el resto fueron cuatro cruces eliminatorios de Copa, saldados todos a favor del equipo vizcaíno.

 

15 victorias ante la UD, 9 derrotas y 7 empates, anotando en esos partidos un total de 5 goles.

 

Txetxu Rojo o Rojo I, como se le conocía entonces, fue compañero de grandes jugadores del Athletic, entre ellos Iñaki Sáez quien sería entrenador de la UD Las Palmas.

 

Celta de Vigo, Athletic, Zaragoza y Rayo Vallecano fueron los banquillos en los que Rojo fue también rival de la UD Las Palmas como entrenador.

 

La emotiva nota del Athletic Club

 

Txetxu Rojo, One Club Man, defendió durante 17 temporadas la camiseta rojiblanca, disputando 541 partidos, una cifra récord solo superada por el gran José Angel Iribar. Marcó 67 goles y dio muchos más pases decisivos, conquistó dos títulos de Copa ante Elche y Castellón, en las temporadas 1968/69 y 1972/73. Debutó en 1965 y se retiró en 1982, tras un partido homenaje celebrado en La Catedral contra la selección inglesa justo antes de que esta disputase el Mundial en San Mamés. Además, fue 18 veces internacional.

 

Pero la huella que Txetxu Rojo deja en el Athletic Club es inmensa y va mucho más allá del fútbol. En torno a su pierna izquierda prodigiosa, su talento creativo y su clase deslumbrante se erigió un ídolo que marcó toda una época y cuyo eco perdura inalterable entre los athleticzales. Los relatos sobre la elegancia suprema y la técnica portentosa de Rojo I en la banda izquierda se han transmitido entre generaciones de manera espontánea, como perduran en la memoria colectiva el recuerdo de los seres queridos y los grandes mitos.

 

Un hombre de Club con mayúsculas, 100% Athletic, que, una vez retirado, entrenó al equipo en 70 partidos oficiales, en las temporadas 1989/90 y 2000/01, sin el mismo éxito que tuvo como jugador, pero con igual dedicación y entrega al club de su vida. Curiosamente, en esta segunda etapa, Ernesto Valverde, hoy técnico del primer equipo, fue su ayudante. Entrenó, asimismo, a RC Celta, CA Osasuna, Club Lleida Esportiu, UD Salamanca y Real Zaragoza, en dos etapas diferentes. Uno de los mayores éxitos de Txetxu Rojo como entrenador fue con el equipo vigués, a quien metió (temporada 1993-94) en su tercera final de la Copa de las cuatro que ha disputado. No obstante, se tuvieron que conformar con el subcampeonato ante el Real Zaragoza de Víctor Fernández. Precisamente, el mito rojiblanco tomó las riendas del conjunto maño en la temporada 1998-99 y un año después realizó una temporada inolvidable que hizo soñar a su afición con el título de Liga, llegando con opciones a la última jornada para ganar LaLiga.

Su hermano pequeño, Rojo II, centrocampista, también desempeñó parte de su carrera en el Athletic, durante 7 temporadas, entre 1971 y 1977. Fue en ese último año, precisamente, cuando el equipo entrenado por el malogrado Koldo Aguirre hizo un fútbol de fantasía, quedando subcampeón de Copa y UEFA, con aquella histórica final ante la Juventus. Para entonces, ya había retrasado su posición al interior para dejar una puerta abierta a su heredero, Estanis Argote.

 

Los datos y las palabras se quedan cortos para construir cualquier semblanza sobre Txetxu Rojo. Quienes gozaron durante 17 temporadas de su juego único en la banda izquierda recuerdan regates asombrosos, pases quirúrgicos e inesperados, controles exquisitos, goles preciosos, pero, sobre todo, el aura de un futbolista irrepetible, un artista, un creador de belleza, acaso desprovisto de la garra de otros mitos rojiblancos, pero poseedor de un genuino y enorme corazón de león. Aunque el corazón de Txetxu haya dejado de latir en su cuerpo mortal, seguirá latiendo por siempre en los corazones de la afición.

 

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