Pisotón a los artistas

Manuel Borrego

 

Apenas hace tres temporadas, se captó en el Heliodoro Rodríguez López una de las escenas recientes más escalofriantes de las que fue objetivo un jugador de la UD Las Palmas: Pedri González quien, por cierto nunca fue jugador del CD Tenerife (aclaración a la eufórica Ana Oramas). Luis Milla, expulsado en aquella jugada, no tenía intención de hacer daño, pero el pisotón al juvenil del equipo grancanario pudo tener graves consecuencias. No hubo razonamientos que defendieran esa acción, aunque posiblemente ayudó mucho la flexibilidad del jugador lastimado.

 

Lo ocurrido este sábado en El Toralín rememora de alguna forma aquella jugada. Ya había elevado el tono de sus entradas la Ponferradina cuando Yuri Da Sousa, al que no se le recuerda una mala patada, pisó de aquella manera a Jonathan Viera poniendo en riesgo el físico del capitán grancanario. El brasileño no ofreció palabras para reprochar la decisión del colegiado del partido; tampoco lo hizo su entrenador. Por eso es ininteligible la reacción de la propia Ponferradina, a la que tampoco dejan argumentos las imágenes de las dos decisiones cruciales del 0-1.

 

El reglamento, tan voluble a veces en su interpretación, es claro en este tipo de acciones en las que el propio Milla o Yuri no tuvieron intención de realizar. Pero ocurrió.

 

Hay muchos casos en la historia del fútbol por situaciones similares. Algunos de doloroso desenlace. Miguel Ángel Valerón podría hablar claramente de ello. Aunque resulta ilustrativo que jugadores con arte como los tres jugadores de la UD Las Palmas mencionados sean las presas y no los causantes del daño.

Una entrada similar, aunque con otra voluntad, pudo costar una carrera tan brillante como la que posteriormente brindó Diego Maradona. En 1983, frente al Athletic, sufrió así una rotura de tobillo de la pierna izquierda, con fractura del maléolo peroneal y arrancamiento de ligamento de la parte interna. Leerlo casi 40 años después produce escalofríos.

 

Pero hay que observar el contexto de todo ello: la UD Las Palmas, tras el Racing, es el equipo que más faltas recibe en el vigente campeonato. Un dato que enlaza con lo ocurrido la pasada temporada regular y nada digamos en el play off. Proteger a los artistas es misión de las dos herramientas judiciales de los encuentros (árbitro y VAR). Y erradicar de una vez el maldito “pisálo, pisálo” que Bilardo hizo tan peligrosamente popular.