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El gol pícaro que hizo eterno un UD-Granada

  • ENTRE BASTIDORES
  • 21/09/2022 - 07:32
El gol pícaro que hizo eterno un UD-Granada El colegiado Orrantia, Erasto, Leon y el portero Otero (UDLP.es/N.R.)

M.B.

 

Entre los partidos que cruzaron a la UD Las Palmas y Granada, conjuntos que vuelven a cruzarse este próximo fin de semana, el 1-0 de la temporada 1963-64 firmado en el Estadio Insular quedó para la eternidad. Porque desencadenó una gran polémica al abandonar la isla el conjunto andaluz.

 

Se trataba de una acción de pillería en la que participaban los dos avanzados amarillos, expertos en situaciones de sacar ventaja entre los zagueros rivales. Era entonces maestro de ceremonias, Erasto León, y un aprendiz que más tarde empleó sus artes, Mamé León. Y el portero nazarí Otero el que mordió el anzuelo.

 

Las Palmas estaba entonces lanzada hacia la Primera División y el Granada, como siempre, un duro rival de batir. El partido estaba cerrado hasta que ocurrió su desenlace. Mamé León, que narró la historia con todo lujo de detalles en Tinta Amarilla, fue hasta el área en busca de un balón al que llegó antes el meta Otero. Y sus cuerpos contactaron por la inercia de la carrera.

 

El meta, con el balón en sus manos, reclamó al colegiado José Luis Orrantia una presunta falta del extremo León. Erasto, astuto, se le acercó y le pidió que dejara de discutir porque ya el árbitro navarro había pitado la falta reclamada.

 

Otero pareció sentirse complacido por la respuesta del jugador rival. Dejó que el árbitro se alejara del área y colocó el balón en el suelo para moverlo tras la presunta infracción rival. Pero al girarse para tomar distancia, fue Erasto el que aprovechó la ocasión para disparar sin oposición y marcar el 1-0.

 

Hubo sorpresa general en el recinto de Ciudad Jardín, mientras los enojados jugadores granadinos rodearon al colegiado para pedir la anulación de gol. Incluso con algún golpe. Orrantia no modificó la decisión del 1-0 y ordenó el saque de centro tras el gol de Erasto.

 

El Granada terminó el partido con un fuerte berrinche, con su entrenador Ignacio Eizaguirre sin comprender lo que había ocurrido y con duras críticas posteriores para el portero Otero, al perder el control del balón de manera inocente ante un pillo delantero como ya se conocía a Erasto … y su aprendiz, León.