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Opinión

Moleiro, el amarillo y los artistas

  • ENTRE BASTIDORES
  • 07/06/2022 - 11:24
Moleiro, el amarillo y los artistas Alberto Moleiro, en acción (C. Torres)

Manuel Borrego

 

Una de las letras más bellas asociadas a un equipo de fútbol y a la pasión de sus aficionados hace referencia al mismo color que el de la UD Las Palmas. Curiosamente su escena inicial fue el Carnaval de Cádiz y el autor, Manolo Santander, la creó pensando en el amor a un equipo sufridor al que no le importa que "nunca vayan a ser campeones”. En estos recientes días se recordaba la figura del desaparecido compositor, con nuevo premio para los integrantes del relevo de su agrupación en 2022.

 

Se refiere la tonadilla gaditana a que el “amarillo es color maldito para los artistas”. E irremediablemente, esta afirmación salpica el espíritu de los amarillos de este lado del océano, con una vocación de pincel fino en su estilo de juego que va enlazando de unas generaciones a otras. En el mapa balompédico de Gran Canaria se adora a los artistas.

 

En esos parámetros futbolísticos es donde encaja la que ha sido sin duda pieza emergente de la UD Las Palmas en la recién finalizada temporada 2021-22: Alberto Moleiro. La progresión durante estos meses del joven internacional juvenil (porque todavía competía el tinerfeño con licencia en esta categoría) ha sido extraordinaria. Ya había tenido sus apariciones en la dura Segunda B, con Juan Manuel Rodríguez. Dio el salto al primer equipo insinuando sus cualidades con Pepe Mel. Y definitivamente se instaló como pieza de difícil reemplazo en el ciclo final de la campaña, a las órdenes de García Pimienta. Casi le faltó decir lo que Xavi Hernández a Pedri: "Alberto puede algún día día reflejar la excelencia del estilo UD Las Palmas".

 

Lo ocurrido en la segunda parte del pasado sábado es una ilustración de la voluntad ganadora que deja entrever Moleiro. Se había ido del campo por lesión Jonathan Viera, con 0-2 en el marcador Las Palmas abordó el resto del partido y el joven Moleiro se puso manos a la obra a dirigir las operaciones del equipo. Insistimos, en sus primeras apariciones en el fútbol profesional.

 

Es evidente que todavía hay mucho Moleiro por descubrir. Pero veamos con perspectiva lo ocurrido hace solo un año atrás, en la eliminatoria de la Copa de Campeones del DH juvenil de honor de la UD Las Palmas. Rse mismo futbolista, en su primera aparición nacional, ejerció como líder de sus compañeros para poner contra las cuerdas al Deportivo de La Coruña. Los gallegos lograron in extremis el pase y más tarde acabaron campeones de España, pero conocieron las cualidades de un jugador rival distinto, que abanderó entonces lo que ahora trató de hacer en el fútbol profesional.

 

De aquel Moleiro de 2021 al que termina el curso en junio de 2022 se ha producido pasos importantes en el proceso. Solo está en sus inicios, aunque ya su tasación de mercado alcanza los 3 millones de euros según la referencia de Transfermarkt.. El gusto artístico de Moleiro coincide con los de los aficionados de la UD Las Palmas, que han visto en él una de las victorias del proyecto esta temporada. Ahora Alberto es el delfín de Jonathan Viera. Ese rol también pasa de unos a otros, como Viera lo pudo sentir cuando Valerón lo apadrinó en la etapa final del mago de Arguineguín. Una sociedad así no puede ofrecer otra cosa que el fútbol de toques delicados y del buen paladar. Su entorno está convencido que cayó en el sitio adecuado.

 

Si “no ocurre nada raro”, como dijo el jugador tinerfeño, García Pimienta lo seguirá llevando de la mano ya como futbolista profesional de segundo año. El técnico ha comentado que quiere un Moleiro más incisivo, más exigente con el gol, más desequilibrante. Ahora también lo conoce con una experiencia de play off en su mochila. En realidad, quiere al Moleiro que está por descubrir y que a tan corta edad ya se ha ganado la ovación de la grada grancanaria que lo adora.

 

Las Palmas perdió una semifinal, como ya hemos dicho; pero ha ganado más cosas.