¡Cómo duele, Slaughter!

J.P.B.

 

Si en la guerra no puede valer todo, menos en un partido de baloncesto. El nuevo golpe en la cara a Slaughter marca un momento importante en el choque entre Murcia y Gran Canaria. No se puede decir que ese sea el instante que certifique una derrota que solo mereció el conjunto de Fisac por sus desatinos ofensivos en la recta final. Pero sí que sería conveniente analizar bien la jugada.

 

Con las imágenes en directo y las repeticiones ofrecidas, da la impresión de que Rojas quiso asegurarse en su caída su capacidad de intimidación sobre el escolta amarillo, sin ser conscientes o siéndolo, del enorme daño que podía ocasionar en su rostro. Caer con los codos abiertos ya es una mala señal de las intenciones, pero el gesto de subir y bajar del brazo derecho del alero una vez que los dos jugadores estaban tumbados sobre el parquet no tiene buena pinta cuando se analizan la voluntad o no de Rojas para intimidar.

 

Sea una cosa o la otra, lo cierto es que Slaughter precisó de una nueva intervención médica de nuevo, algo que le dejará marcado de por siempre, y eso, no es justificable se juegue lo que se juegue y mucho menos que el propio equipo de animación se tome a broma la circunstancia, a los Henry Mancini, con el tema principal de la banda sonora de “La Pantera Rosa”, alguien debería dar explicaciones por eso.

 

Willy Villar, director deportivo del Gran Canaria, dejó una frase enigmática tras el partido en su cuenta personal. "Nadie se avergüenza , todo el mundo mira para el otro lado , que asco y pasará una desgracia y habrá responsables". No mencionó el hecho al que se refería, no dio nombres, pero tampoco evita la especulación.