La UD, líder en intentos pero no en puntería

Manuel Borrego

La vocación ofensiva esta temporada de la UD Las Palmas es innegable. Su puntería, en cambio, hay que revisarla. Lo ha dicho de manera insistente el actual técnico, García Pimienta, aunque repite expresiones ya descritas por su antecesor en el cargo, Pepe Mel.

El dato es demoledor: Las Palmas es el equipo de Segunda A que más balones dirige entre los tres maderos rivales (169), pero su promedio de goles se reduce a 1 cada 4,3 lanzamientos. Y en la totalidad de lanzamientos a puerta (incluyendo los que acabaron fuera del marco) Las Palmas es cuarto con 324, por detrás de Eibar (327), Almería (350) y Valladolid (372).

 

En el balance general de Las Palmas hay mucha carga de los porteros rivales, que suman 130 rechazos o detenciones. Un ejemplo de ello fue el caso del meta Masip, del Valladolid, evitando algunos balones muy pelgrosos. Incluso en el gol de Sadiku realizó una gran parada antes del segundo remate del albanés.

Todo ello quiere decir que el ataque de los amarillos no está tan lejos de los candidatos. Otra cosa es el volumen de goles encajados, que ya ha merecido todo tipo de análisis en nuestras columnas del diario digital. Y esa es una faceta de urgente reparación, como ocurrió en la visita al Real Valladolid donde la portería a cero fue clave para el éxito del día.

El podio de los equipos más rematadores de la categoría lo completan, después de Las Palmas, el Valladolid (162 lanzamientos) y Almería (153). La efectividad, sin embargo, es la que marca diferencia.

Jesé (9 goles tras 54 lanzamientos totales) es el que más lo intenta entre los amarillos, por delante de Jonathan Viera (49 tiros a portería rival). 

Otros datos relevantes es que los tramos entre el minuto 21 al 30 del primer tiempo y del 71 al 80 de la segunda parte son los más productivos de la UD Las Palmas, con 9 y 7 goles marcados respectivamente. 

Al margen del último marcador, hay detalles para la esperanza, que aún es leve. Uno de ellos es que con García Pimienta cuatro de sus ocho partidos dirigidos acabaron con la portería propia intacta. Y es un hecho relevante en un equipo cuyo déficit, se mire como se mire, es la debilidad defensiva por el alto número de goles encajados desde que regresó a la Segunda División en 2018. Este dato debe ser revisado de manera inequívoca a la hora de confeccionar el próximo proyecto para encontrar las soluciones que requiere, sean tácticas o por el perfil de las piezas elegidas.

Con estos argumentos, el equipo afronta las diez últimas jornadas. Y ante el Leganés se obliga a demostrar ante sus aficionados si el triunfo en Pucela y esas mejoras tan claras vuelven a ser espejismo o realidad. En manos de los futbolistas está.