Dos movimientos geniales de Viera en el 1-1

Manuel Borrego

 

La jugada del gol 1-1 quiebra parcialmente la partitura en el estilo de juego de la UD Las Palmas. Y ese es quizá el motivo de la sorpresiva acción que hizo un roto en las líneas de un Almería que ya entonces se atrincheraba para salvar el 1-0.

 

Sorpresa por varias razones. Y la principal puede ser el cambio de papeles en esos decisivos instantes. Jonathan Viera era, en teoría, el destinado al último pase, a buscar con su visión periférica el espacio para algún compañero que entrara en profundidad. Y más, porque se suponía que en el minuto 89 sus fuerzas estarían muy justas. Y Raúl Navas no está llamado para organizar un ataque tan preciso como lo hizo.

 

Y entonces, los atacantes amarillos estaban fuertemente vigilados en ese minuto 89. Inesperadamente Navas entra en campo almeriense sin rivales a su alrededor. Tiene ante sí a los once jugadores del conjunto andaluz. Probablemente habrían pensado que el zaguero no tendría otra opción sino dar un pase cercano, para que la maniobra la realizara un centrocampista. Pero no fue así.

 

La jugada del gol está lanzada con miradas. Solo los participantes en ella podrían aclarar si la pactaron en el transcurso de la batalla. Viera ve un hueco entre los centrales y arranca justo antes de que Navas envíe el balón con una parábola precisa.

 

La segunda sorpresa de la jugada es el movimiento final del 21 amarillo. El zaguero que lo persigue frena en seco tratando de que Viera lo atropelle en su carrera. Pero el genio grancanario lo elude pasando a su espalda y quedándose en solitario ante Fernando. Todo lo demás es el truco final de su magia.