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Opinión

Una petición imposible de Pepe Mel

  • EL OTRO PARTIDO
  • 21/09/2021 - 17:02
Una petición imposible de Pepe Mel Viera, durante el encuentro frente al Burgos (La Liga)

Manuel Borrego

 

“Nos equivocamos si metemos presión al equipo en la sexta jornada”, pidió Pepe Mel tras el empate frente al Burgos CF este lunes. El del entrenador es un reclamo imposible porque está en un banquillo de un club que no causa indiferencia lo que haga. Y si en seis jornadas del vigente campeonato suma siete puntos y, además, una parte del equipo está en pretemporada -según argumenta el técnico- es asunto que genera inquietud por su propia gravedad. Los casi 12.000 paisanos de Gran Canaria que se abonaron durante el verano al proyecto actual no lo hicieron exclusivamente para ver qué pasa.

 

Y es imposible también porque los rivales no aceptan ese alegato, no están disputando desde hace mes y medio encuentros de preparación. Y cada partido hay puntos en juego que, a día de hoy, no sabemos si son valiosos los ya conquistados o se lamentarán los extraviados. Dos de ellos se quedaron sin duda en El Plantío de Burgos contra el pronóstico teórico.

 

En el inicio de la Liga actual de la UD Las Palmas faltan victorias, en plural. Ha ocurrido unas veces por defectos defensivos inadecuados y otras, como el lunes, por falta de precisión en el finiquito del juego. De todo hay. Y las sensaciones generales que desprende la gestión de las primeras jornadas están a medio camino, como la propia clasificación del equipo: No descubre si la trayectoria es la deseada o si los titubeos pueden conquistar más su escenario.

 

Pero, ojo avizor: Viene al Estadio de Gran Canaria este sábado un equipo que está en las Antípodas en casi todo de la propia propuesta que el club ha rodeado a Mel. Funciona en bloque con jugadores de menos nombre, sin añadido histórico ambiental que les obligue y con un criterio de juego muy de Segunda División. Supera a la UD en puntos (15 vs 7), goles a favor (9 vs 7) y menos en contra (3 vs 6). Y lo más importante: Ninguno de sus aspectos en el campo están en pretemporada, sino en la batalla del fuego real. Lo supo hace unas horas el mismísimo Málaga.

 

La presión es un parte del peso de la mochila en la UD Las Palmas, desde la jornada 1 a la 42 en este caso. No es cuestión de sentirla o rechazarla. Es una labor saberla administrar. Mel no logrará desviarla con una raqueta ni diciéndolo a los cuatro vientos. Se comprenderá en mejor en apenas cuatro encuentros.

 

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