La previa

Viera or not Viera

Manuel Borrego

 

Pepe Mel ha tenido toda la semana para resolver el contenido del soliloquio que retumba en su cabeza desde el regreso de la UD Las Palmas de su último viaje a la Península, donde los amarillos firmaron el primer traspié de la temporada. De haber ido las cosas sobre ruedas, que no ocurrió, el enigma lo habría sido menos porque el entrenador no habría tenido motivos para un debate con tanto calor popular. Pero ya en Miranda de Ebro dijo aquello que “habría cambiado a los once” si el reglamento se lo hubiera permitido. Y las puertas de la sala de especulación se abrieron.

 

Entre la contrariedad y el enfado, durante la semana fue creciendo el debate que empieza por el propio entrenador. De la paciencia extrema expresada semanas atrás para la vuelta de Jonathan Viera a confirmar en la víspera del encuentro frente al Ibiza que el dorsal 21 estará entre los 23 convocados. De ahí a saltar al campo sólo hay paso.

 

Claro que la otra parte contratante la pone el jugador grancanario, que no ha hecho otra cosa durante los últimos seis días que acelerar sus ganas de volver a vestirse de amarillo. Lo hace con la actitud ganadora de siempre en los entrenamientos y con mensajes en tono positivo a su hilera de seguidores.

 

Viera o no Viera. Es evidente que al futbolista que acaba de abandonar la Liga china le faltan minutos, le falta condición física y también le puede faltar chispa. Pero le sobra compromiso. Y es evidente también que un Viera condicionado podría asumir un riesgo; porque una recaída sería un mal negocio para todos.

 

Así que el propio Mel tiene una cuenta atrás para decidir cuándo es el momento de la vuelta al Estadio de Gran Canaria del fichaje más esperado. Ese será uno de los alicientes del partido de este sábado, con la baja segura de Raúl Navas (Eric podría ser el relevo más inminente) y la también probable aparición de Nuke Mfulu, que ya acumula convocatorias aunque aún no su estreno.

 

Las Palmas llega a este partido con una partitura llena de borrones tras lo más reciente. Pero la batuta está a punto de pasar a la mano más experta del equipo. Si no es ahora, será después. Porque a Viera no hay quien lo amarre a un banquillo.