Eloy Jiménez

"Ahora sueño con ser entrenador de la UD Las Palmas"

M.B.

 

"Con Las Palmas tuve suerte en Segunda B, en Segunda A y en Primera. Me falta ser entrenador de Las Palmas. En ello estamos; ahora sueño con ser entrenador de la Unión Deportiva. Tengo que seguir trabajando (...) Nos damos suerte mutuamente".

 

Eloy Jiménez fue uno de los grandes protagonistas del retorno a la Liga Profesional que hace 25 años firmó la UD Las Palmas. De todo aquello no se olvida el que fuera pequeño delantero, pero eficiente jugador firmante de dos hitos en la historia del club.

 

"El ascenso del 96, el de Segunda A, me marcó más. Fue más espectacular. En lo personal fue también mi primer ascenso. Marqué más goles. El de Primera nos dio la posibilidad de jugar en la élite. También fue impresionante. Pero el primero", precisó, "fue más por todo lo que significó, después de tantos años que el equipo lo estaba intentando sin conseguirlo. Fue una temporada increíble en todos los aspectos".

"En la delantera había mucha competencia (62 goles entre Eloy, Orlando y Chili). Cualquiera de los jugaba garantizaba gol. Pero en todas las líneas teníamos un equipo súper completo, que dominaba todos los registros. Y en el vestuario había una familia. Eso al final fue clave para poner unos números impresionantes". Por todo ello "no viví otra temporada como aquella".

La anécdota de las botas

De aquel ciclo, un momento motivador de Pacuco Rosales con el propio Eloy cuando el técnico pateó las botas del delantero de Hellín que atravesaba una sequía. "Esto no sirve para nada", le dijo en un entrenamiento. "Es una que me hizo el míster. Pero en el siguiente partido de Liga marqué gol y le dije: Y ahora dale otra patada, míster (...) Aquí viví mis mejores momentos a nivel profesional, junto con la etapa del Elche. Y la UD Las Palmas me dio la oportunidad de cumplir mi sueño de llegar a lo máximo".

 

"¿El gol más importante?. Todos fueron. También recuerdo con emoción los goles del ascenso a Primera, en el Estadio Insular (2000) y contra el Elche. Fueron espectaculares por vivirlo con la afición nuestra. Y por las circunstancias que se dieron ese mismo. Todo estaba determinado para que consiguiéramos el ascenso con nuestra gente (...) Cuando volvimos de Elche, en el 96, la gente estaba esperándonos en Las Canteras en la noche de San Juan. Son momentos que nunca olvidaré", comenta. "Los dos ascensos son increíbles".