El último tren pasa por Maspalomas

B. Pérez

 

Esta vez el ascenso se resolverá en Maspalomas. Será la cuarta oportunidad en la que el San Fernando se aproxime al siguiente escalón competitivo y en esta ocasión tiene a su alcance el ascenso con el arrope de sus aficionados.

 

El duelo al sol, el justiciero elemento climatológico del encuentro, está servido. Al San Fernando le vale el triunfo o el empate. Al Tenisca, solamente la victoria y ha de conseguirla antes de los 90 minutos iniciales o los 120 si hay prórroga.

 

Toda la parafernalia que se ha montado en los días previos se resolverá este domingo con un balón. Las palabras no ganan partidos. El San Fernando ha tenido un comportamiento fiable esta temporada como local, con ocho triunfos, tres empates y dos derrotas. El Tenisca, a lo largo de la campaña, ha sido menos productivo en los desplazamientos que cuando está al abrigo de Mirca: tres victorias, cuatro empates y siete derrotas. Y sus pasos por Gran Canaria no fueron los esperados por los aficionados palmeros.

 

Pero en una final los antecedentes no cuentan. Al San Fernando no le conviene un partido de idas y vueltas. Lo ha admitido esta semana su propio entrenador, Tino Déniz, que tiene en cuenta los errores de su equipo en el anterior choque con el Tenisca. Al descanso la ventaja visitante era 0-2. Pero los partidos en Maspalomas son profundos y más a la hora veraniega de este domingo.

 

Evitar la velocidad de Agoney y la astucia de Dani López en el área, con una facilidad asombrosa para ‘fabricar' penaltis, ha de ser dos de los factores de contención del equipo local. Porque inspiración, pizarra, físico y mentalidad sobran para un equipo que lleva mucho tiempo tocando a las puertas del ascenso. Su presencia en otra final no es casualidad.

 

Las algo más de 300 plazas disponibles en Maspalomas ya están cubiertas, así lo ha confirmado el club anfitrión que tiene el condicionante del aforo reducido por la pandemia.