La previa

El tren ya no espera más por la UD

Manuel Borrego

 

Será un resultado en modo de decisión: El próximo cierre de los cálculos matemáticos de la permanencia está asociado con el paso final para luchar por la promoción de ascenso. Porque los dos billetes directos a Primera ... no se ven ni con prismáticos.

 

Y ha querido el calendario que sea Oviedo el receptor de esa ilusión que va decayendo jornada a jornada, aunque todos los miembros del equipo amarillo (cuerpo técnico y jugadores) han sido en amplia mayoría prudentes y la palabra permanencia es la que más se escuchado desde el pasado 12 de septiembre.

 

Pero si hay un momento para alargar la mano y seguir estirando la esperanza, ese llega este sábado. Además se produce en un instante de generosidad en el juego ofensivo de los amarillos y de un mejor entonamiento defensivo. Una mejoría que no vinculamos a una sanación completa del problema, que sigue ahí con 43 piezas en rojo.

 

Pepe Mel y sus futbolistas deben soltar amarras. Si guardaban algo, ya no tienen excusas y Oviedo -una capital y rival donde se cerró el paso a un ascenso a Primera- puede estar esta vez la llave de la puerta que permita un cambio final de discurso.

 

Y tampoco tiene motivos el entrenador para modificar lo que bien se está realizando especialmente en la última hora de partido exhibida ante el Real Mallorca.

 

Enfrente, un rival lleno de dudas que no está aún del todo definido, según admite el propio Ziganda. Y un campo nuevo que nunca se tiñó de amarillo por completo. Más incentivos, no hay.