Habemus tridente

Manuel Borrego

 

Cuando se cerró el mercado invernal y se comprobó la nómina de futbolistas para el ataque de la UD Las Palmas, la primera impresión es que Pepe Mel tenía importantes argumentos para formar un tridente que fuera reconocible. Y la combinación de jugadores que se mantuvieron en plantilla y los que se sumaron presenta un abanico de alternativas variado y polifacético.

 

El trío integrado por Rober, Araujo y Jesé Rodríguez funcionó este Jueves Santo a un altísimo nivel. No sólo porque los tres anotaron en las redes de Cantero, sino porque se buscaron, se encontraron y fueron una auténtica pesadilla para una retaguardia del Lugo que dejó mucho que desear. Y sin balón creyeron en que cada acción era una oportunidad para recuperar y correr. Pero de eso, que se encargue Luis César Sampedro.

 

Especialmente generoso estuvo Jesé Rodríguez, entregando al menos dos balones de gol a Rober González. Ese triángulo ofensivo es prometedor, pero no se olvida que tras ellos o con ellos pueden estar Pejiño, Rafa Mujica y Edu Espiau. En ninguno de los casos ha habido desentono a lo largo de la temporada.

 

La salud que el gol ejerce en la mente de los delanteros es mangnífica. Y más si se multiplica por tres. O por cuatro, porque Aridai también aparece en la lista de realizadores de la mágica noche del 6-1.

 

Si Las Palmas consigue que sus maniobras se aproximen al área rival, la capacidad de ataque es muy prometedora. Y la sociedad que emerge no puede quedar en flor de un día. Lo más jugoso de la temporada está por llegar. Lo que de momento consiguieron el 10, 24 y 9 es que Luis García Plaza, técnico del Mallorca, tenga mucho en qué pensar en el vuelo interinsular desde Palma a Gran Canaria.