La previa

La UD, con una plaga de bajas, afronta otro partido sudoku

Manuel Borrego

Sin tregua, con idéntico objetivo que el pasado miércoles. Otro partido sudoku para la UD Las Palmas, ante un rival lleno de energía y obstáculos, aunque esta vez con la característica de hacerlo con el mayor número de bajas acumuladas durante la temporada: Nueve.

La misión de ganar el primer encuentro lejos de Gran Canaria pasa porque los jugadores de Pepe Mel encuentren las soluciones en el campo ante un adversario que en su feudo le ha tomado algunas veces la medida a los amarillos.

Y si ya los problemas fueran abundantes sin la imaginación de Araujo, la verticalidad de Pejiño y el empuje de Sergio Ruiz, la siguiente baja cualitativa del equipo es la de Kirian Rodríguez, el jugador sobre el que se basó la remontada de hace una semana ante el Sporting.

Las Palmas tendrá que poner lo mismo en el terreno de juego de El Toralín que su rival berciano. Y esperar a que las gotas de calidad aparezcan cuando el terreno le sea propicio.

Y, además, vuelve a examinarse a nivel defensivo porque es ya una necesidad el dejar portería a cero el mayor número de encuentros posible. La última vez se produjo frente al Tenerife, pero las dificultades se incrementan si esta circunstancia sigue siendo extraña o escasa en su caminar en el calendario.

El partido ante la Ponferradina supondrá el debut de Ismael Athuman en el centro de la defensa, según anunció Pepe Mel. El once tiene sus interrogantes, aunque no en la portería y en algunas posiciones del campo. El técnico tendrá que meditar si ha de reservar o dosificar jugadores; o al contrario, salir con determinación con una formación incisiva que le permita repetir actuaciones con la segunda parte ante el Gijón.

 

Lo mejor es la tranquilidad de los puntos ya cosechados, que lo colocan a mitad de camino de su primer objetivo. Quizá por ello merezca la pena arriesgar un poco más, en vez de esperar.