94-68: El Granca, con mente y manos de mantequilla

El equipo de Porfirio Fisac deambula ante el Estudiantes, que duplicó también los rebotes en ambos tableros (23 en la zona amarilla)

B. Pérez

 

La cuarta derrota consecutiva en la Liga ACB, tercera oficial en cinco días, deja grogui al Gran Canaria. Porfirio Fisac no ha logrado sellar una sangría defensiva en los partidos del equipo. Y ahora se añade un nerviosismo general de todas sus jugadores, con abundantes malas decisiones con balón. Así lo demostraron ante el Estudiantes, que se creció ante un rival que, desde el segundo cuarto, tuvo que ir a remolque, a repechones, yendo a la guerra individual cuando lo colectivo se desconectó casi totalmente.

El marcador (94-68) es un nuevo dolor en el proyecto. Los diez partidos que pidió Fisac para valorar el potencial de su plantilla ya se acercan (cinco en la Liga y tres en Europa). Pero su fragilidad es una preocupación que no acaba. El Estudiantes clonó lo que ya se había visto anteriormente con Burgos, Zaragoza, Madrid o Cedevita. El agujero defensivo, de mantenerse en el tiempo, puede tocar la línea de flotación del proyecto actual.

Espejismo

El Gran Canaria fue poco a poco desorientándose en el encuentro ante el Estudiantes, tras un inicio que posiblemente no adivinaba ese transitar. Mientras su ataque se mantuvo en funcionamiento , las manos blandas defensivas no se dejaban notar en demasía en el marcador. Sin embargo, ya en el primer cuarto saltaron las primeras señales de alarma: 12 rebotes del Estudiantes por 5 del equipo visitante. Ese iba a ser el DNI del encuentro, que siguió dirigiéndose en el partido.

El primer cuarto resultó así un toma y daca mutuo. Albicy (2 triples) y Okoye (7 puntos) mantenían el equilibrio en el tanteador con empates, algunas ventajas isleñas y un final de periodo apretado (23-21).

La defensa exterior del Gran Canaria era la que estaba haciendo aguas (7 triples en los primeros quince minutos), en el momento en que se abrió una primera brecha inquietante (38-30) porque venía acompañado de síntomas de debilidad defensiva y muy malas decisiones ante el aro estudiantil.

 

Con todo el 40-34 del descanso era una buena noticia, porque el Estudiantes no había logrado del todo aprovecharse de un rival titubeante, con jugadores desconectados del partido y una fragilidad general que ha venido condicionando.

Y todo se acabó en el tercer cuarto

Pero ocurrió lo que en otras jornadas. El partido se acabó en el tercer cuarto. El Estudiante afianzaba su mejor conjunción, las posiciones en la zona y un mejor criterio para seleccionar el tiro. El Gran Canaria perdía la cabeza literalmente. Una jugada de Jacob Wiley recogiendo un balón en defensa, botando hasta la zona madrileña para cometer allí una falta en ataque arrollando al defensor era la más clara ilustración de la pérdida total de papeles en el encuentro.

Segundas opciones, balones perdidos, errores groseros bajo tablero, ... todo sumó en contra de los amarillos que iniciaron el último periodo con 18 puntos en contra con anulación de una canasta sobre la bocina, pero ligeramente fuera de tiempo.

Los minutos de la basura fueron muchos minutos de la basura. Y van ... El dato demoledor se produjo en las zonas: 49 rebotes del Estudiantes (23 de ellos ofensivos) contra los 25 del Gran Canaria.

 

Porfirio Fisac, como comandante de la nave, tiene un importante problema que resolver. Y no le valen solo sus interesantes mensajes en las ruedas de prensa.

Alineaciones:

Estudiantes: Arteaga (16), Brown (9), Gentile (15), Giedraitis (10), Roberson (15) -quinteto inicial-, Avramovic (13), Cvetkovic (9), Vicedo (2), Djurisic (3), Solá (2), Koumadje (-) y Delgado (2)

Gran Canaria: Wiley (11), Costello (16), Okoye (8), Dimsa (4), Albicy (10) -inicial-, Ferrari (7), Della Valle (3), Burjanadze (3), Fabio Santana (-), Beirán (0), Shurna (4) y Diop (-)

 

Marcador cada diez minutos: 23-21, 40-34, descanso, 70-52 y 94-68 final.

 

Arbitros: Cristóbal Sánchez, Raúl Zamorano y Oscar Perea

Inciddencias: WiZink Center, de Madrid. Partido de la quinta jornada del campeonato regular de Liga ACB. Sin público.