Opinión

Pejiño, el de las jugadas prometedoras

Manuel Borrego

Cuando la UD Las Palmas anunció la llegada de Francisco Pejiño, muchos de aficionados e (informadores) de las islas teníamos escasa constancia de sus cualidades futbolísticas. Y, además, sorprendía la fijación en un futbolista que procedía del Sevilla FC, habida cuenta de cómo quedaron las relaciones con el club hispalense después del caso Vitolo Machín.

Sin embargo, Pejiño no era desconocido para los ojos que ya tenía por Sevilla el conjunto grancanario. Tenía un nombre en la cadena filial del club hispalense y, además, Pablo Machín había optado por utilizar al jugador de Barbate en competiciones continentales. Al menos en tres ocasiones.

 

Había que descubrir al zurdo futbolista en la Liga, no obstante. Lo está haciendo con 24 años en la UD Las Palmas, en la Segunda División, subrayándose su nombre en estos primeros compases del campeonato. La totalidad de Pejiño está por ver, pero lo que ha mostrado hasta ahora en cuatro jornadas ilusiona y responda al por qué la nueva dirección deportiva de la entidad firmó con él un contrato de dos temporadas. Y otra opcional.

El extremo barbateño, que en otros tiempos vistió el amarillo del Cádiz en su cadena filial, es una ilusión en el actual proyecto. Es el jugador de las jugadas prometedoras, haciendo un símil con la moderna reglamentación arbitral. Cuando toca el balón o le llega a su posición, causa sensación de que algo va a ocurrir. Es ese tipo de atacante que en el fútbol actual escasea, porque dentro del orden táctico no se le impide las decisiones individuales. Posiblemente, el futbolista de la UD de los últimos tiempos con más signos del estilo ‘Mané' Garrincha, aunque zurdo el ahora amarillo. Nos permitimos salvar las distancias del tiempo y el afamado futbolista de aquel Brasil histórico.

Porque Pejiño tiene ese cambio de ritmo, las ya raras ganas del uno contra uno, el desborde, piernas veloces y una cintura sin problemas para descender su centro de gravedad. Obliga también a que el zaguero tengo que improvisar. Se le ha visto como un jugador difícil de marcar, algo que empiezan a comprenderlo en la Liga donde otros también lo están descubriendo o analizando. Sergio Rodríguez, técnico de la UD Logroñés, confesó el pasado fin de semana que había condicionado el dibujo de su equipo para evitar sorpresas con el exterior zurdo.

Cuentan que la desvinculación de Pejiño con el Sevillao se debió a la necesidad o el deseo del club de rejuvenecer el filial. Y que no le veían un hueco durante el verano en los planes de Julen Lopetegui para la Primera División. Y esa es la tierra nueva donde la UD Las Palmas debe profundizar, porque da resultados. Apostar con decisión, buenos informes y encontrar valores que la impulsen o sean capaces de encontrar un hueco en el escaparate.

Aunque, como decía Kresic, "un buen futbolista no es el que firma un buen partido. Sino un día, otro día, otro y otro. Una temporada y luego otra". Pejiño está empezando como miembro de pleno en la LFP y tiene pinta de que la apuesta de Helguera y Cabrera es tan prometedora como su fútbol.