La previa

La verdad y nada más que la verdad

Manuel Borrego

Volver es ganar, reza el lema de la Liga Profesional. La UD Las Palmas podrá modificar la frase para un volver para ganar. Porque la necesidad no ha cambiado desde que se paró la Liga tras la debacle de El Molinón. "Las dos caras que allí mostramos fue por nuestra propia culpa", explicaba este viernes el propio Pepe Mel.

La dramática pandemia de la Humanidad dio una tregua a los amarillos, en el devenir de una competición donde se olvidaron de sumar triunfos durante 2020. Y ese primer reto post estado de alarma se plantea a una de las plantillas más cualificadas del campeonato, como es la del Girona.

Si el partido de Montilivi sirve como referencia, la esperanza está presente en la reanudación esta tarde de la Liga. Allí Las Palmas se encaró al conjunto catalán, al que llegó a poner en aprietos. Sólo cedió a través de un penalti plagado de polémica, como no podía ser de otra manera.

Ahora todo en teoría es incógnita. Pero la pesada carga que acumulaban los hombres de Pepe Mel deberá haberse quedado en el confinamiento. Los rostros han cambiado, las piernas tienen ahora otra frescura -que durará poco- y el bloque se podrá reconstruir con la recuperación de piezas. Aunque de nuevo vuelve a ser preocupante que seis jugadores de la plantilla sean ausencias en la primera jornada por distintos motivos.

Mel parecía haberse planteado varios revulsivos. Uno de ellos estaba en la portería. Esa puede ser una de las más llamativas novedades de la alineación. Porque Josep apunta al regreso, como ocurrió en el primer trayecto de la Liga, tras la aciaga semana de Raúl Fernández.

Lo demás es más previsible. Quizá Tana en el enganche, quizá Aridai en una de las bandas, quizá Fabio en la línea central.

 

La hora de la verdad ha llegado y se resumirá en once partidos. Para Las Palmas no sólo volver es ganar; ganar también es volver.