Jorge Larena, el debutante canterano más feliz de la historia

M. B.

 

A Jorge Larena le tocó vivir lo que nunca antes o después pudo un jugador de la cantera de la UD Las Palmas: salir al terreno de juego para debutar con los profesionales el día de un ascenso a Primera División.

Ese dato pasa a veces de puntillas en el contexto de aquella gran fiesta grancanaria del 21 de mayo de 2000, hace ahora veinte años.

 

A Sergio Kresic no se le escapaban los detalles. Durante su primer año como entrenador de la UD Las Palmas había escuchado de manera abundante una crítica al separar la producción de cantera, al menos de la manera tradicional, del rendimiento del equipo. De hecho, aquel once del día del ascenso no contaba en su once con jugador canario alguno, algo que ya se había repetido durante la campaña.

Pero en aquel partido memorable, ya con el marcador resuelto frente al Elche (4-1), abrió la puerta del banquillo y colocó en el campo durante los últimos minutos a una de las joyas que ya venían despuntando en el filial.

Y así se produjo el debut de Jorge Larena, relevando a Ramón, con diez minutos para disfrutar en el verde y vivir como invitado inesperado la gran fiesta que lo atrapó incluso camino de vestuarios.

"Fue el momento más emocionante de mi vida profesional", relató el futbolista a los lectores de Tinta Amarilla. "No lo podré olvidar jamás. Era ese partido mi tercera convocatoria con Sergio Kresic. En la última, en Eibar, había sido el descartado en un partido que perdimos. Pero Kresic me dio aquellos ocho minutos el día del ascenso contra el Elche. Ocurrió todo como un sueño que todavía hoy soy capaz de revivirlo".

Y así fue Jorge, con 18 años de edad entonces, se convirtió en el debut canterano más agraciado de la historia.