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EFEmérides

Un muro frenó al Pepsi Sansofé hace 50 años

La Federación Española negó el ascenso al histórico club grancanario en base a una norma obsoleta y el argumento de la carestía económica y falta de nivel

  • BALONMANO
  • 09/05/2020 - 03:56
Un muro frenó al Pepsi Sansofé hace 50 años Una formación de 1970 del Pepsi Sansofé y, a la derecha, su entrenador Eduardo Fernández (Balonmano Canario)

 

José Hernández

 

El 9 de mayo de 1970, que ahora se recuerda, el Pepsi Sansofé era el equipo de balonmano puntero de la época. Y hace justo 50 años obtenía en la fase final del Campeonato de España de Segunda División una de las cuatro plazas que daban derecho al ascenso a la Primera División Nacional. Fue un ascenso conseguido deportivamente, pero que en la realidad, lo impidió materializar una obsoleta normativa, que privaba de ese derecho a los equipos canarios, así como a los de Ceuta y Melilla, a participar en categorías nacionales.

 

Dos años antes, en 1965-66, lo había vivido también el Parques y Talleres, equipo dela capital grancanaria formado en el entorno militar y que había alcanzado ese objetivo sin ascenso en idénticas circunstancias.

 

Para llegar a esa consecución, el Pepsi disputó como campeón provincial el Campeonato Regional a doble partido, contra el Club Price de Tenerife. El título de Canarias proporcionó el pase a la ronda final que fue disputada entre ocho clubs y celebrada en Pamplona. La Federación otorgó el ascenso al Bosco de Pamplona, al Academia Octavio y al Roca Gavá, no permitiendo el ascenso del Pepsi Sansofé, que había ganado el ascenso por méritos deportivos.


El Pepsi Sansofé obtuvo ese excelente resultado, con un elenco presidido por Sergio García, del cual nunca más apropiado decir "que cincuenta años no son nada". Y es que hoy tras tantos años transcurridos, sigue al pie del cañón como entrenador en categorías inferiores, en el Club Balonmano Moya. Era Salvador Casado responsable de la sección de balonmano, un gran reconocido gestor que quedaría acreditado con su dilatada trayectoria, primero como presidente de la Federación Provincial y más tarde ocupando cargos de responsabilidad en el organigrama de la Federación Española. Ignacio Padrón era el delegado de equipo.

 

Aquel equipo firmó una época. Se conformó  una plantilla singular de jugadores, de gran reconocimiento en el mundillo balonmanístico cuando este deporte estaba en Gran Canaria en línea de interés por detrás del fútbol. La nómina la formó el legendario Ignacio Durana e Iñaki Gaztañaga como porteros; los centrales Andrés Padrón y Julio, conocido por todos cariñosamente como ‘el Cubano'. Como laterales militaban Antonio Vázquez, Carmelo Marrero y José Ramón Sánchez. Los extremos eran Pepe Santana, Manolo Pazos, que luego tendría una gran carrera profesional en el ámbito de la náutica, y el inolvidable Nito Montenegro, jugador y gran atleta, tristemente fallecido. Y como pivotes, Eugenio Del Toro, que en el transcurrir de los años sería presidente del emblemático R.C. Victoria, y Pulido, que posteriormente tendría una dilatada trayectoria como entrenador de fútbol, además de Raúl Domínguez. Todos ellos bajo la dirección técnica de Eduardo Fernández, un entrenador que repetiría éxitos con el propio club y más tarde también con la batuta del no menos legendario Canteras U.D.

 

Este logro conseguido por el Pepsi Sansofé, en Pamplona, tuvo entonces gran repercusión en Gran Canaria. El club intentó sin éxito que la Federación Nacional obviase la normativa existente y lo incluyese por méritos propios en la Categoría Nacional conseguida en las canchas de juego. Pero la negativa fue inamovible. La polémica originó una gran reacción en Las Palmas de Gran Canaria. El balonmano se puso de actualidad y fue tema de referencia en los medios de comunicación, con intervenciones de destacados periodistas deportivos ajenos hasta entonces a éste deporte, como los inolvidables Antonio Lemus, Fernando Diaz Cutillas y Antonio Ayala, entre otros.

 

Se desató una lucha en los despachos por cristalizar ese merecido ascenso. La Federación Española argumentó en su contra los elevados gastos que supondría la inclusión en categoría nacional y también la falta de nivel del balonmano canario para competir en categoría nacional. Cuando por el contrario, el Diario de Navarra en sus reseñas de esta fase final, calificó al Pepsi al igual que al Balonmano Gavá, como equipos con hechuras de superior categoría. Este hecho espoleó aún más a nuestro equipo representativo, que se conjuró para en la temporada siguiente, intentar no solo repetir el ascenso, sino también conseguir el título de campeón de España de la categoría, como así sucedió.


Sin embargo, nuevamente se interpuso la prohibición federativa del ascenso, que agrandó la indignación en nuestra provincia. Pepsi y Federación Provincial, al unísono, arremetieron contra la Federación Nacional y esta reaccionó. Además de mantener su negativa inamovible, inhabilitó por un año para toda actividad dentro del balonmano nacional, a los presidentes del Pepsi Sansofé, Salvador Casado y al del RC. Victoria, Paulino Jorge, por acuerdo del Comité Directivo de la FEBM. La batalla por el ascenso, al contrario, no cesó con esas decisiones de Competición.


Al contrario: Unos años después, el Canteras UD, abolida la injusta normativa, obtuvo de hecho el ansiado ascenso de categoría y un nuevo título nacional para nuestra ciudad.  Se iniciaba una década de numerosos éxitos para el balonmano gran canario, alcanzando el propio Canteras U.D. en 1977, el Campeonato de España de Primera División Nacional, y el ascenso a la División de Honor.


El ‘muro del balonmano' había caído al fin.

 

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