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"Mil goles ... como Pelé"

  • SABÍAS QUE ...
  • 20/04/2020 - 11:33
"Mil goles ... como Pelé" Félix Marrero y la celebración de gol mil en Primera de la UD Las Palmas (Norberto Rodríguez)

M.B.

 

A Canarias Deportiva, bajo la dirección del periodista Antonio Cruz Domínguez, se le ocurrió en el inicio de la temporada 1982-83 amenizar a la plantilla de la UD Las Palmas con una apuesta pública. Recordó quiénes habían sido los autores de los goles amarillos simbólicos en Primera División: el 100 (Morro), 200 (Vázquez), 500 (Gilberto I), 900 (Pepe Farías) ... pero: ¿Quién será el gol número 1.000?.


Las cuentas salían y entre los jugadores de aquella plantilla se desató una cacería para incorporar el nombre a tan singular gesta del club.


Tenía en aquella plantilla dirigida por Walter Skocic -austriaco- excelentes jugadores de ataque, pero el gol milenario iba a tener un protagonista menos esperado: Félix Marrero.


El tanto fue magnífico, frente al Valladolid (4 de septiembre de 1982), con un potente chut de izquierda hacia la portería de la grada Naciente que no pudo rechazar el argentino Fenoy.


Porque además, en aquel partido a Félix se le asignó cubrir la banda derecha como lateral por necesidades del guión. Pero recuerda para los lectores de Tinta Amarilla la jugada del 1-0 de esta forma: "Juani Castillo lanzó un ataque hacia la izquierda en la que me quedé cerrado. Creí que me podía enviar el balón desde que me viera correr. Y así lo hizo", revive el centrocampista grancanario. "El primero de mis centros lo rechazó el hondureño Gilberto Yearwood y el balón vino de vuelta. Volví a hacerlo y describió una parábola perfecta que sorprendió al portero Fenoy; todavía lo estoy viendo entrar en la portería pegadito al palo".


Un gran gol y no menos monumental celebración al percatarse de que con él se alcanzaban los 1.000 propuestos por el diario deportivo. La celebración pudo provocar el empate pucelano, porque Félix cruzó el campo y en terreno propio se produjo la montonera amarilla. El Valladolid sacó de centro con prontitud: "Tuvimos que suspender los abrazos para salir corriendo como demonios. Cometimos una falta al borde del área,a Moré para evitar que marcaran el empate porque ya solamente quedaba Pérez, nuestro guardameta. Protestamos al colegiado (el vizcaíno Benavente Garasa) pero él no entendía nada de lo que estaba pasando. Días después nos llamó por teléfono para pedir disculpas ya que desconocía la trascendencia de aquel tanto".

 

Félix estaba orgulloso porque era el ganador de la singular apuesta. Y al llegar a su hogar, con el balón del gol milenario, tuvo su siguiente ocurrencia: "Con el balón le dije a mi mujer: Mil goles... como Pelé. Y ella contestó: pero él los marcó solito".

 

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