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Sergio Elio Fortunato

El ariete que perdió las huellas de un Puma

  • QUÉ FUE DE ...
  • 09/04/2020 - 10:47
El ariete que perdió las huellas de un Puma Fortunato, antes y durante su etapa en la UD (NR)

Manuel Borrego


Posiblemente, la de Fortunato fue una de las más duras decepciones al menos en los años ochenta de la UD Las Palmas. Tenía 24 años entonces y el club grancanario, en 1981, aún buscaba el delantero que siguiera las huellas del Puma Morete (99 goles en su etapa de amarillo).


No encontraba el presidente Atilio Ley a un jugador de cantera que pudiera cubrir la ausencia de un futbolista que un año antes se había ido al Sevilla con Miguel Muñoz. Y entonces, apareció la oportunidad de mercado: Sergio Elio Fortunato (24 años) era una de las estrellas del fútbol argentino que emigró a Europa.


Pero la elección de Italia no fue la mejor para él en su primer año. Lo había firmado el Perugia, que pagó por él según comentaron en la época 780 millones de liras. Sin embargo era un club tocado por la justicia, al haber quedado envuelto desde la temporada anterior a su llegada en el escándalo del Totonero -apuestas ilegales de fútbol-, junto a Milán, Bolonia, Lazio y Avellino. Hasta el mismísimo Paolo Rossi quedó marcado por aquel escándalo que logró eclipsar el título mundial logrado en España'82. Jugadores, técnicos y clubes pudieron lavar la imagen con aquel gran campeonato que, precisamente, coronó con los goles de Rossi.


Fortunato quería tener un nuevo amanecer en Las Palmas, en la Liga española. Apenas 12 partidos y 2 goles habían sellado su presencia en el Perugia. Pese a todo, en la isla se generó un gran entusiasmo con su fichaje, avalado en los informes que señalaban los 56 goles en 102 partidos con Estudiantes, codeándose con Diego Maradona para el puesto de máximo goleador argentino.


Llegó a préstamo y el club amarillo creyó encontrar con él un recurso ofensivo que le faltaba. También estaba en la isla Luisinho Lemos, el brasileño que venía afamado por sus grandes campañas en el país y en el fútbol de América. Dos jugadores de características distintas. Con esa dupla de atacantes, Las Palmas esperaba su resurgir en la Liga ... pero no fue así.


Fortunato completó 33 encuentros oficiales y cuatro goles, todos la primera temporada. El más importante, para ganar 1-0 al Real Madrid en el Estadio Insular. Y se fue sin dejar rastro en la isla, sin pena ni gloria, desde febrero de 1983, en un año que terminaría en una tragedia deportiva ante el Athletic Club. El ariete de tanta reputación en su país no cuajó en el equipo amarillo. Y se marchó también disgustado con la experiencia.


En Estudiantes están sus últimas referencias con el balón en 1984. Pero más tarde ha seguido vinculado al fútbol como representante de jugadores. Il commendatore Fortunato lo conocen los periodistas en Italia. Porque fue la persona que dirigió el destino deportivo de Mauro Camoranesi. Aunque en la vida pública actual emula su propio paso por la Unión Deportiva: de puntillas.

 

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