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Unos brochazos de pretemporada en febrero

  • EL OTRO PARTIDO
  • 02/02/2020 - 11:20
Unos brochazos de pretemporada en febrero Tana, De la Bella y De Galarreta, abatidos en Riazor (La Liga)

Manuel Borrego


Cuando Pepe Mel explica que hay que darle tiempo, minutos y partidos a jugadores como Tana, Fede Varela y Rubén Castro está dibujando un escenario de pretemporada para un sector de la plantilla que está bajo sus órdenes. Lo ha dicho recientemente y lo ha repetido el día tras encuentro, 1 de febrero.


Ese argumento no vale como excusa a los rivales, algunos lanzados y con dinámicas cerradas o totalmente definidas. El técnico de la UD Las Palmas no puede combatir ciertas adversidades, especialmente las relacionadas con las lesiones o las decisiones arbitrales, estas últimas en signo negativo otro día más. Pero sí puede reflexionar sobre sus propias decisiones teniendo en cuenta los brochazos singulares que ha dejado por el camino.


Resultados al margen, la UD Las Palmas ha mostrado especialmente en las dos últimas jornadas un paso inferior en cuanto a batalla que sus recientes rivales Tenerife y Deportivo. Insistimos: lenta con el balón y asimétrica en la pelea sin él. Y añadimos: una falta de liderazgo en el juego preocupante, porque ese 21 del que ya no se quiere hablar ha dejado una sombra imborrable. Que Pedri lo intente no significa que sea lo esperado; un jugador de primer año profesional y con 17 años no puede ni debe llevar esa carga a sus espaldas. Jonathan Viera lo entendió bien.


De Rubén podría sólo haber añadido el técnico que tuvo el punto de mira algo desviado. Porque el ariete cumplió al menos en la búsqueda de ocasiones y en la finalización de varias jugadas. No parece, pese a la falta de minutos, ser muy distinto al Rubén que se conocía. Distinto es descargar en Tana la responsabilidad que ahora mismo no ha sido capaz de resolver.

 

Las Palmas no está para pasearse en la categoría. Se lo han enseñado en los últimos partidos jugadores como Dani Gómez o Mollejo. Hay que pelear todo y con todo, aunque los balones parezcan imposibles. Esa es la Segunda División que sobrevive a los 50 puntos. Y va más lejos. La Segunda se come al fútbol de play station.


En el otro partido nos fijamos en las palabras del entrenador porque las expresa transmitiendo sensaciones internas que han variado. De decir "yo no vino (al equipo) para ganar 50 puntos" ha pasado en apenas tres semanas a comentar "hay que alcanzar los 50 puntos cuanto antes".


Su mensaje delata preocupación, aunque en estado larvario. Pero si no tiene garantías de calidad e imaginación para los partidos que han planteado sus últimos oponentes, encontrar la garra en la plantilla es una necesidad ahora que pintan dificultades. Porque las pretemporadas en febreros, si se prolongan, acaban siendo muy peligrosas.

 

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