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Opinión

VAR: Una herramienta casi perfecta y un ser imperfecto

  • EL OTRO PARTIDO
  • 26/08/2019 - 12:06
VAR: Una herramienta casi perfecta y un ser imperfecto La pantalla del VAR para el colegiado principal, en el Estadio de Gran Canaria (C. Torres)

Manuel Borrego


Ya hubo muestras en España y en Europa la pasada temporada que todas las dudas arbitrales de un partido no iban a resolverse con rotundidad con la herramienta casi perfecta que es el video arbitraje. Ni si quiera el clásico escapó a ello.


El VAR ha nacido para hacer un bien a un deporte plagado de injusticias, donde un ser imperfecto como es el hombre ha de resolver todo con apreciaciones subjetivas de lo que hay a su alrededor. Y, diríamos más: de quién está en el escenario. No ha logrado en este tiempo poner a todos de acuerdo siempre; algo que creemos que no logrará jamás.


La UD Las Palmas es novata en el asunto VAR. Apenas lleva 180 minutos en el campo con esta nuevo modelo arbitral. Y, ¡menuda suerte!, lo ocurrido en Málaga ha rescatado el mismo debate de pasadas temporadas donde el equipo amarillo ha sido uno de los principales lesionados de sus competiciones. Aunque no el único. Y para rizar el rizo, el mismo colegiado de su mayor polémica de la última campaña decidió en primera instancia otro penalti para ver, ver y ver. La responsabilidad última, sin embargo, no fue de Sagués Oscoz, aunque no se le vio consultando él mismo en la cámara a pie de campo por qué había decretado el penalti. Lo tuvo de nuevo muy claro, como el de David García en el derbi canario.


En esta ocasión casi estamos obligados a solicitar un indulto en la opinión sobre el VAR aplicado en La Rosaleda. Es la primera situación lesiva, sucedió todo muy rápido y la primera impresión pudo engañar al ojo de un halcón. Pero ... ¿con qué poco se pita un penalti en el área de la UD Las Palmas?.


Uno no alcanza a entender del todo cómo un reglamento tan tiquismiquis se aplica luego, en muchas ocasiones, de esta manera tan a la ligera. El VAR es necesario en un deporte donde, desde la más tierna infancia, el futbolista está tratando de sacar tajada a través del engaño al rival y al propio colegiado. Eso incluso se premia en las etapas de formación por parte de algunos clubes. O, al menos, no se reprocha. El problema del arbitraje, y disculpen que nos reiteremos en ello, es la redacción de muchas partes de su reglamento basada en la subjetividad. Se deja a criterio del árbitro la aplicación de la norma. Y así siempre hay un lío con el asunto del balón en la mano, por ejemplo. Por eso para un colegiado el agarrón de Aythami a Juanpi no es falta, para otros es roja y expulsión e, incluso, otro colegiado puede interpretar que hubo piscinazo y queda en tarjeta amarilla para el futbolista del Málaga.


Todo es interpretable. Pero la línea del área y el lugar donde se produjo la falta es otra cosa. Eso es cuestión de oftalmología, señor colegiado. Y ya van dos.