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El primer sabor de la pretemporada

Una filosofía de juego emergente

  • ENTRE BASTIDORES
  • 28/07/2019 - 11:03
Una filosofía de juego emergente Benito Ramírez, la zurda que aplica el desborde en las acciones ofensivas de la UD Las Palmas (C. Torres)

Manuel Borrego


Hacer valoraciones en el mes de julio, en agosto o en septiembre puede ser un negocio ruinoso. Porque la temporada de los equipos, y más en aquellos que se ven sometidos a una plena remodelación, no tiene velocidad de crucero hasta avanzar las primeras jornadas del campeonato. Y, a veces, ni siquiera así.


Pero es obvio en estos tres primeros amistosos de la UD Las Palmas que las notas tomadas por Pepe Mel desde la pasada temporada, en su epílogo, son las que se aplican ahora no sólo en la elección de los actores que enfundarán el vestuario amarillo y azul, sino en la propia filosofía de juego que aún es un ente emergente. Pero existe y se trabaja en ella. Está el técnico y su plantilla en la búsqueda de una identidad balompédica antes de conseguir la entidad, su rol, que el equipo presentará en este nuevo campeonato de Segunda División.


"Lo que estamos haciendo ahora son todas correcciones defensivas" advirtió Pepe Mel después de la primera derrota que no deja sabor amargo. Esa idea de juego que germina se ha dejado entrever ante Gran Tarajal y Tamaraceite, que fueron adversarios condicionados por el escaso volumen de trabajo de pretemporada; pero se apreció con mayor claridad durante varias fases de este último encuentro ante al rodado CS Marítimo. Ese encuentro, resultado al margen, debería convertirse en un punto de partida para el nuevo proyecto futbolístico del representativo grancanario. Porque hubo mucho quehacer colectivo en positivo y asignaturas que están por revisar.


El camino aún es largo, pero se aprecia que el motor defensivo de la UD Las Palmas quiere pasar por una línea de presión importante en el centro del campo. Los portugueses del Marítimo lo notaron especialmente en la primera mitad. Cada pérdida era una acción ofensiva posterior de los amarillos. Y su entrenador Nuno Manta reconoció tras el partido que tuvo que "hacer correcciones" para intentar zafarse de la tensión rival. Quizá pudo conseguirlo más por el desgaste físico realizado que por las decisiones tácticas aplicadas.


Las Palmas tendrá que seguir analizándose a sí misma ante los siguientes rivales que llegan en el stage de Marbella, con rivales muy reales de su competición. Porque hasta el momento con ese esquema voluble, salvo el gol y la acción previa del Marítimo, el equipo no ha percibido el constante riesgo vivido durante las últimas temporadas. Era Las Palmas la víctima del robo y ataque rival. Los próximos partidos confirmarán si la idea y la ejecución de la misma van por el camino correcto.


En esa identidad que nace parece haber un gusto por salir con el balón desde las profundidades del campo. Esa teoría tan de Setién ha de tener matices en Segunda División. En Funchal se generaron algunas jugadas enlazadas desde retaguardia propia, aunque en los últimos metros del campo acabaron sin la finalización requerida para batir a los porteros madeirenses.


Quizá lo más destacado en el nuevo modelo sea el aire fresco que se percibe por las bandas. Cristian Cedrés ya dejó constancia de ello en el tramo final del pasado campeonato; Benito Ramírez es una confirmación con su velocidad y atrevimiento. Algo distinto, sí; y tan reclamado por el entrenador, con el refuerzo del costamarfileño Drolé y la necesidad de que más actores se incorporen a esas misiones.


¿Y el gol?. Fue el gran ausente en el equipaje a la isla vecina. Estando Rubén en la empresa tarde o temprano tendrá que venir.